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La pestilencia de la “tradición” taurina en Animal (El documental) - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

La escena preámbulo de un filme documental, es esencial para entender y conducir el posterior recorrido de la puesta documental. Este prólogo cinematográfico acerca al espectador a los flujos temáticos como parte de un mapa que ha de ser veraz, preciso, y “conductor de una puerta, que se abrirá secundado de muchas ventanas”. Esta metáfora es la clave para transitar entre todas las rutas del género documental y la construcción de una historia, de una narración fílmica. Animal, (El documental) (2007) del realizador español Ángel Mora hace sus deberes en este medular capítulo audiovisual. Comienza con una escena que tiene la virtud de construir en la psique y en la memoria presente, una suma de pautas que son vitales desgranar para estremecer hasta los más aferrados a la “tradicionalidad taurina”. Sobre todo a los que sostienen este maldito engendro que persiste en un país que es (sin dudas), una potencia cultural, un escenario de confluencias y flujos de múltiples artes. Esta secuencia tomada desde un ángulo fotográfico, es una batalla de torturas y encierros (no precisamente entre iguales). Amerita comentarla desde la fuerza dramatúrgica y virtuosa síntesis con la que ha sido concebida.

La pestilencia de la “tradición” taurina en Animal (El documental)

Que esto forme parte del pasado… ¡Ya!

Animal (El documental)
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Animal (El documental)

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Animal (El documental)

Octavio Fraga Guerra - La Cámara Lúcida

La escena preámbulo de un filme documental, es esencial para entender y conducir el posterior recorrido de la puesta documental. Este prólogo cinematográfico acerca al espectador a los flujos temáticos como parte de un mapa que ha de ser veraz, preciso, y “conductor de una puerta, que se abrirá secundado de muchas ventanas”. Esta metáfora es la clave para transitar entre todas las rutas del género documental y la construcción de una historia, de una narración fílmica.

Animal, (El documental) (2007) del realizador español Ángel Mora hace sus deberes en este medular capítulo audiovisual. Comienza con una escena que tiene la virtud de construir en la psique y en la memoria presente, una suma de pautas que son vitales desgranar para estremecer hasta los más aferrados a la “tradicionalidad taurina”. Sobre todo a los que sostienen este maldito engendro que persiste en un país que es (sin dudas), una potencia cultural, un escenario de confluencias y flujos de múltiples artes.

Esta secuencia tomada desde un ángulo fotográfico, es una batalla de torturas y encierros (no precisamente entre iguales). Amerita comentarla desde la fuerza dramatúrgica y virtuosa síntesis con la que ha sido concebida.

Un toro en primer plano se va desangrando de manera gradual y ascendente. Las huellas de sangre en la arena de la Plaza de Toros son parte iconográfica de esta idea. Evoluciona secundada por una rítmica en cámara lenta que contribuye a fortalecer el dramatismo. Bajo la batuta de una música atemperada, toma apuntes de esta estética, para significar el horror de la muerte lenta. De la agonía de un animal que ha sido “el elegido” para la fiesta y el divertimento de los mortales, para “el goce desenfrenado y colectivo”.

Pero estamos hablando de una curva de dinosaurios que pervive hasta hoy. Se aferran a existir bajo los diversos signos justificativos (con intencionalidad de pilotes), que son necesarios pulverizar y detonar definitivamente. Esta “consagración cultural” cuenta con la ineptitud y complicidad de las instituciones del Estado de no pocas comunidades de España, bajo el paraban del Ministerio de Cultura.

Sin embargo es cuestionada y legítimamente censurada (cada día más), por un amplio sector de población y una generación de jóvenes que exigen reformular ese discurso, esa política. ¿Es que España no cuenta con potencialidades culturales para eliminar y sustituir esta barbarie presente en pleno siglo XXI? La respuesta es obvia.

El equipo de realización de este filme, alimenta horas de escenas y diálogos oportunos en un road movie de singulares proporciones. Secundados por una cantidad y fortaleza de testimonios argumentales que va incorporando junto a las secuencias que testifican la diversidad de “fiestas y celebraciones” en torno al mundo de los toros.

Los ricos y heterogéneos encuadres y planos, (ausentes en cuestionadas televisoras públicas y privadas), se emparentan en pacto de contrapunteo crítico para legitimar el punto de vista de los realizadores.

Las cámaras de Animal (El documental), son llevadas al ruedo, a las plazas y los espacios públicos, para capturar y desplegar otras perspectivas, otros ángulos, que deben ser urgentemente dimensionados en la contemporaneidad.

Cuando afirmo “urgentemente dimensionados” me refiero a la exigencia que debemos hacer todos a estos medios, para poner todas las caras y todas las voces de este “dramático engendro” que ha sido bautizado (también), por las autoridades de la Iglesia Católica Española.

Ángel Mora y su equipo de realización van acopiando imágenes de los más significativos escenarios donde el toro es el eje de todas las miradas. La plaza de Toro de la Monumental de Barcelona, las “fiestas” de Toro de la Vega en Tordesillas, las barbaridades en Delta del Ebro, o los toros la Mar en Denia, son algunos de los apuntes fílmicos incluidos en este descomunal documento.

El filme logra cautivar y sensibilizar la mirada tardía de los que aún se muestran indecisos, ante la creciente cruzada por legitimar y engrandecer estas atrocidades.

Los más diversos planos y encuadres que secundan estas escenas, junto al amplio espectro de realidades que caracterizan su permanencia social, son calibrados de manera periodística, evitando llenar de efectos superfluos los contenidos que lo particularizan. Esta suma de saberes fotográficos (sin dudas), son esenciales para acercarnos, como espectadores críticos de hechos que son de permanente presencia.

Las cámaras de Animal… juzgan y condena cada una de las “bondades” de estas juergas humanas. El ángulo de cada escena se empeña en poner en primerísimo plano, no solo los actos bárbaros de los que forman parte de esta realidad. Nos ubican en los comportamientos sociales que rodean toda esta parafernalia donde la mutilación es el punto final de todo.

Con este filme somos espectadores transportados. Vamos a dar un viaje (no de maratón), más bien asentado y creciente a los vericuetos de brutales acciones legitimadas antes, cuestionadas hoy.

El realizador apela a un recurso aparentemente intrascendente dentro de los cánones cinematográficos. Se apropia de los conceptos que están relacionados con la obra, sacados de la Real Academia Española de la Lengua.

Este “tomar de la letra y el espíritu” de una “sagrada institución”, juega un papel significante y cuestionador de ciertos argumentos que sostienen el “arte de los toros”.

Cuando nos pone en pantalla en una sobria tela negra los arquetipos conceptuales que acompañan lo insostenible, logra de manera sencilla entrar en el debate fundamental del tema que le ocupa: los toros como eje de tradición, como argumento de cultura. También incursiona en los matices del dolor y las particularidades de esta barbarie trasnochada.

Pero Ángel Mora no se contenta con estas herramientas, algo que aplaudo y celebro. La batalla por la eliminación de estas atrocidades es larga y compleja. Por tanto requiere de muchos recursos para su favorable evolución, para su certera y definitiva aceptación en toda la sociedad española.

El autor cinematográfico es capaz de convocar a una significativa diversidad de personas autorizadas que son claves en la fortaleza de este filme. El diapasón ocupacional es basto. Desde grupos vinculados de manera estrecha y permanente por la defensa de los toros, hasta escritores, músicos, periodistas, filósofos, abogados y de otras profesiones que son (en definitiva), parte del pueblo que no es escuchado. Son voces vetadas de los tradicionales espacios de comunicación y que son imprescindibles conocer desde sus apuntes renovados, desde sus singulares ideas nacidas para ser escuchadas.

En esta estela de ideas y criterios debo significar las valoraciones de una veterinaria, que es una pieza clave entre tantos argumentos de sólidas proporciones. La entrevistada aporta dos ejes inéditos en este tema. Las etapas que caracterizan las corridas (y en paralelo), los dolores y las agonías que estos significan para el animal en pleno ruedo.

Esta significante oradora, incorpora términos y palabras que adquieren un valor iconográfico dentro del filme. Palabras como: puyas, banderillas, arpones, estoques, espadas o puñal son ese otro escenario discursivo que se enfrenta al punto de vista de los defensores de esta juerga de matar. La serenidad y el evidente conocimiento de esta interlocutora son trascendentales en la fortaleza de esta obra documental.

En este lidiar de muchas y múltiples reflexiones se revela un asunto mayor: la necesidad de legitimar y jerarquizar ese mapa argumental que urge socializar. Es el otro escaparate de verdades mutiladas, ante la permanente presencia de códigos y cánones obsoletos que son necesarios ubicar en paralelo a estos trazos de ideas que son legitimadores de la defensa de los animales y la dignidad plena del ser humano. Ese paralelismo podría contribuir a minimizar o anular ese discurso cavernícola.

Pero debemos de tener en cuenta un tema que subyace en el filme: la violencia “humana”, exteriorizada en los toros. Esta reflexión cinematográfica (que no es explicita), va en paralelo en cada uno de los planos y encuadres de la puesta, en cada una de las aportaciones testimoniales y conceptuales de los entrevistados.

El conjunto de esta obra deja claro este mensaje que no forma parte de una zona específica del filme. Esta en toda y cada una de los nudos que la hilvanan, ante una puesta cinematográfica de acento sociológico, de denuncia, de reflexión urgente.

El final de este filme documental es una mirada elocuente, una apuesta de futuro que aspira a desterrar de nuestras vidas estos salvajismos en pleno siglo XXI. Cierra el filme para dignificar y engrandecer al ser humano. En este epílogo convoca a los “actores verbales”, para jerarquizar de manera inteligente los acordes de futuro de este tema en la que Ángel Mora es el director de la orquesta.

Debo de hacer un aparte sobre la banda sonora de este documental, que transita, como ese otro dialogo de versos y estrofas. El dueto de Santi Cerni y Rubén Mesada como autores de la música, nace de la necesidad de dramatizar (sin aires de telenovela), los diversos ejes y núcleos que caracterizan al contenido del filme y a la estructura narrativa que persiste como, de largo recorrido.

La obra de estos dos autores es esencial para dimensionar (desde los postulados del género), los significantes iconográficos y textuales. La música no está concebida desde los parapetos del barroquismo tardío. Navega con acierto, llevando el peso de la barcaza ante los ojos y la mente de espectadores que no siempre comprenden los canales del cine documental. La música en esta pieza cinematográfica es parte de la voz y el acento de Ángel Mora, quién ha tenido el tino de hacerse acompañar a cuatro manos.

Trivializar sobre los contenidos expresados en Animal (El documental) constituye (desde mi punto de vista), una no declarada manera de alargar la pestilencia de una “tradición” que deberá formar parte del pasado.

Filmografía del director: Selva roja (1996), GoreX (1997), Vampira (1998), The snuff game (1999), Vampira 2 (1999),Viernes 12 XXL (2001), Apocalipsis vampira (2003), Kannibal (2004), Animal, el documental (2007), Lo más parecido a ser feliz (2.012) en preproducción.
Filmografía como productor ejecutivo: Sangra Babylon de Jose Luis Armetta (1.998), Noin de Hernán Saez (2.001), Empusa de Jacinto Molina a.k.a Paul Naschy (2.010).

Festivales y Premios: Sitges 2007, Kiev 2007 (Premio Especial del Jurado Mejor Documental), Lisboa 2008, Bogotá 2008, Buenos Aires 2009.

Sinopsis

Animal (El documental) es un recorrido por la España más bárbara culturalmente, pueblos y ciudades que se acogen a un pretexto amparado en ancestral tradición, en algún Santo Patrón o en oscuros intereses económicos. Coria, Tordesillas, Denia, Pamplona, San Roque, El Delte de l’Ebre, Barcelona y Madrid son los tristes protagonistas (y hay muchísimas más) de lo cruel y vil que puede ser el hombre en su afán de buscar divertimento salpicado de sangre. Animal (El documental) cuenta con las interesantísimas opiniones de personajes algunos famosos otros menos conocidos e incluso algunos anónimos que prestan su voz, su testimonio, su lucha contra la sin razón y apuntan una gran dosis de sentido común además de una gran, una enorme generosidad hacia el toro bravo, nuestro triste protagonista.

Proyección en La cámara lúcida de TeleK

Para la presentación del documental contaremos con la presencia del realizador en nuestro programa. El filme se emitirá el próximo jueves 2 de febrero a las 19:00 (hora de España) en Tele K. Para los madrileños se emite por el canal 30 de la TDT, sintonizándolo por la frecuencia de 546000 khz. También se puede ver por www.vallecas.org.

Fecha: el Jueves 2 de febrero de 2012

Horario: a las 19:00h

Lugar: TeleK de Madrid - Cadena televisiva de Vallekas (Madrid)

Para los madrileños, se emite por el canal 30 de la TDT, sintonizándolo por la frecuencia de 546000 khz. También se puede ver la transmisión, por , en el apartado Emisión en Vivo de TeleK.

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Fecha: el Jueves 2 de febrero de 2012

Horario: a las 19:00h

Lugar: TeleK de Madrid - Cadena televisiva de Vallekas (Madrid)

Para los madrileños, se emite por el canal 30 de la TDT, sintonizándolo por la frecuencia de 546000 khz. También se puede ver la transmisión, por , en el apartado Emisión en Vivo de TeleK.

DATOS RELACIONADOS

Título original: Animal (El documental)
País: España
Idioma original: Español, catalán, ruso
Director: Ángel Mora
Guión: Ángel Mora y Sergi Moreno
Itervienen: Lucia Etxebarría, Ska-P, Odile Rodríguez de la Fuente, etc
Edición: Ángel Mora y Sergi Morero
Productor: Liliya Romanova y Angel Mora
Fotografía: Joel Micheli
Música: Santi Cerni y Rubén Mesada
Sonido: Sonilab
Dirección de arta: Liliya Romanova
Diseño de producción: Ángel Mora
Formato original: Betacam Digital
Duración: 85’
Año: 2007
Compañía Productora: Artistic P.C.
Agente Mundial de Ventas: Artistic P.C.
Distribuida en DVD por: Tribanda

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