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Julio Castro – La República Cultural
Discreto y reservado, directo en sus respuestas, César es bastante serio pero con cierto toque de ironía en muchas de sus respuestas a lo largo de la entrevista. Tiene las cosas muy claras, pero prefiere tantear el terreno antes de mostrarse, cosa que, por otra parte, no deja de ser paradójica, porque cuando sale al escenario o cuando escribe sus comentarios en su web, deja bastante claritas sus opiniones y su forma de pensar.
Cantautor de numerosas batallas, las de la vida y las del amor, las más cotidianas y otras menos usuales, lleva años por el circuito de salas musicales de Madrid, sobre todo, pero también de otras ciudades de nuestro país. Canta en solitario con su guitarra, pero también en conjunto con percusión (Iván), bajo (Jesús Mendoza) y violín (Manuel Díez). Pese a ser algo parco en palabras, se deja preguntar fácilmente y cuenta todo lo que opina de manera concisa, aunque, seguramente, cuando apagues el micrófono de la entrevista, es cuando se mostrará más distendido.
Sentido del humor sutil, ideales comprometidos y nada resignado, confiesa que le parece que todos somos muy conformistas y que cree que es difícil cambiar las cosas, pero rápidamente se ofrece para cualquier actuación que se plantee contra la guerra: “si hay sitio con el grupo, y si no yo con mi guitarra”.
Comenzó con gente de gran valía, muchos de los cuales no tendrán nunca un sitio de honor en la SGAE por sus ventas de discos o por sus recogidas de cánones impositivos. Aprovechamos un concierto en la Sala Galileo Galilei de Madrid, para hacer esta entrevista en febrero de 2008.
A doce años desde comenzaste la gira por los cafés conciertos de Madrid ¿cómo te ves en la distancia? ¿Responde tu situación a lo que esperabas de tu carrera musical?
La verdad es que empecé sin marcarme ninguna meta, así que lo que hagamos está bien. No es lo que esperaba, quizá, pero tampoco es “lo que no esperaba”. Estoy en una situación cómoda, aunque tenemos muchos proyectos pendientes, que quizá van un poco despacio por las ocupaciones que tenemos, pero bueno.
¿Puedes dedicarte a vivir de los frutos de tu música, o aún lo ves complicado?
Cada día lo veo más complicado, hoy día malvivimos de la música, con un poquito más podríamos vivir (no hacernos millonarios, pero vivir) de la música.
Comenzaste en la época de los Nuevos Juglares y cuando se apagaban grupos como “La Oveja Negra o Gris” ¿Qué influencias hay de aquella época?
Muchísimas influencias. Todo lo que hoy soy es por esa época de los Nuevos Juglares, como dices, y de La Oveja Negra o Gris. Además tengo la suerte de que sean conocidos míos y son un referente absoluto.
Muchos de aquellos grupos se acabaron, quizá la situación era mala ¿es mejor hoy día para los cantautores?
Bueno, fue una época y tuvo su fin, pero creo que mucha de la gente que estaba tocando en grupo ahora lo hacen en solitario y siguen la mayoría de ellos. De otros, la verdad, no sé nada.
¿Es evidente en tus composiciones el peso de un Ismael Serrano, es por influencia de su música o porque Ismael sintetiza muchos estilos?
El hecho de que haya un parecido es mera coincidencia. Lo cierto es que él me gustaba mucho cuando no había grabado aún ningún disco, y al poco me dejó de gustar tanto. La forma de componer, la verdad, fue paralela, siempre fue un referente, pero mucho más lo fue Antonio de Pinto u otros.
Obviamente, viendo los textos de tus canciones, es evidente que eres una persona comprometida política y socialmente con la izquierda ¿crees que es posible el perfil del cantautor sin estas premisas?
Siempre digo que el que canta las canciones no tiene por qué inclinarse por una ideología política, puede hacer las canciones sin hablar de nada. Y hay otros que lo disimulan un poco más, otros que lo ponen entre líneas, otros que son panfletarios directamente: hay de todo. Yo creo que el cantautor en sí, lo que tiene que hacer es hablar de lo que ve, de lo que siente, de lo que le sucede.
Sin embargo, en tus blog, las canciones tienen comentarios con trasfondo.
Sí, sí, sí, la gente analiza las letras todo lo que puede y eso es un placer.
Cuando cantas sobre las guerras afirmas que al final es igual lo que diga el pueblo, viéndolo con perspectiva ¿crees que aún es posible demostrar que dijimos y seguiremos diciendo “no a la guerra”?
Tiene sentido para sentirnos iguales, para saber que hay más gente que está diciendo que no, pero al final, a la larga, hagamos lo que hagamos (a la vista está) sucede lo que tiene que suceder y ya está. Pero está bien que nos unamos y digamos a la vez lo mismo, para saber que hay gente que se parece a nosotros.
¿Opinas que ha habido cambios en esta legislatura?
Pues como en todas las legislaturas. Siempre pienso que, esté quien esté, siempre va a haber cambios y “descambios”. No es que me incline por una ideología. Soy partidario de que la legislatura dure cuatro años esté quién esté para que haga cosas positivas.
A pocas semanas de unas elecciones ¿opinas que el mundo musical ha tenido suficiente apoyo en este cambio de legislatura que acaba?
Por lo visto sí, por lo que puedo ver, no por lo que puedo sentir, porque en ese sentido nosotros seguimos en el mismo barco.
¿Y crees que la música o la cultura han tenido un apoyo mayor?
En casos puntuales sí.
¿Crees que en lo laboral o el acceso a la vivienda ha cambiado algo o seguimos en las mismas posiciones como las que planteas con las ETTs?
Por lo que a mí respecta, en este caso, es peor. Lo que pasa es que en este país (y digo este país, porque es el que conozco) somos muy conformistas y, nos den lo que nos den, nos vamos a conformar. Da igual cómo estén las cosas, pero en ese sentido, por lo que a mí respecta están bastante mal las cosas y creo que son cuestiones por las que hay que protestar y de las que hay que hablar: en las canciones, en los libros o en cualquier momento.
Parece que el movimiento en la calle es creciente ¿crees que tendrá el mismo fin que decías con lo de la guerra?
Espero que tenga un fin mejor, la verdad. Pero, en cualquier caso, las iniciativas de ese tipo, por mi parte tienen todo el apoyo y creo que sirven para saber que estamos en el mismo barco.
¿Tienes en perspectiva la publicación de algún disco?
La idea nuestra es grabar una maqueta o una demo de cinco temas, moverla por algún sello que parece interesarle y, si finalmente no interesa a nadie, autoproducir algún disco para venderlo por los conciertos o a través de Internet, que creo que es lo que está funcionando (y lo que va a funcionar).
¿Qué opinas de las sociedades que gestionan los derechos de autor (SGAE, AISGE…)?
No tengo nada que opinar de ese asunto, no quiero saber nada. No tengo ninguna relación con ellos y vamos bastante por libre. No tenemos nada que ver con las sociedades de gestión, aunque finalmente, si queremos editar algo y sacar un disco, tendremos que pasar por ahí, pero, en principio, ahora mismo, como no tenemos nada, no tenemos por qué tener relación con ellos (se ríe).
¿Crees que a tu público le llega más la temática social o las canciones que expresan otros sentimientos más personales?
Pues un poco de todo, creo, porque a lo mejor en una canción que habla de amor o desamor, entre líneas se puede leer alguna historia social. Entonces, creo que hay un poco de todo, pero también depende de cómo lo enfoque la gente que la escucha, porque, ya sabes, tú quieres decir una cosa en una canción y resulta que luego te salen con un comentario que no tiene nada que ver con lo que en origen pretendías. ¡E incluso te influye a la hora de cantarla! Te acabas imaginando la historia de la gente y no la tuya.
En Manolo y María haces referencia a cosas que aún hoy están en litigio, como lo que llaman matrimonio tradicional, pero también los malos tratos sexistas son algo que se desprende de lo que cuentas y parece que vuelve a estar en la calle este tema en estos días ¿Crees que conseguiremos una derecha civilizada?
La verdad es que no lo creo (ríe de nuevo) es un tema que siempre va a estar ahí. Y este es un tema que tiene muchos años, es de los primeros que hice, me llama la atención que la comentes, incluso. Desgraciadamente sigue siendo muy vigente
¿Opinas que sin cambios de raíz en el sistema (sistema de Estado, igualdades y derechos ciudadanos básicos) vamos hacia alguna parte?
No. Creo que habría que construir las cosas de nuevo desde el principio, hacer una base sólida, por que ahora mismo no siento una unidad, no noto que la gente sienta unas preferencias. Es como si faltara alguien, un referente, algo que les moviera (o nos moviera) hacia un sitio u otro, porque creo que no existe.
¿Crees que el mundo de la cultura tiene mucho que decir al respecto?
Muchísimo. Si hay algún mundo que tiene que hablar sobre eso es el mundo de la cultura y la gente que tiene la oportunidad de tener un micrófono delante y de hablar las cosas como hay que hablarlas.
