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Los idus de marzo, los Brutus de la Política - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

¿Se puede afirmar la existencia de un cine político como género, al margen del meramente propagandístico, por el que sus directores expresan sus opiniones y creencias personales sobre la vida y la política? ¿Son más criticables y aborrecibles, como expresan algunos medios que odian a los liberales o radical chic, por el hecho de competir en los Oscar y obtener pingües beneficios? Desde El nacimiento de una nación (1915), el primer film político norteamericano, postal racista de David W. Griffith, la mirada al poder y el establishment ha sido tratada en el celuloide según los acontecimientos vividos en cada momento. Extraño nos parece ese reverencial tratamiento a los primeros mandatarios, considerados entre héroes y santos. Avanzado el siglo XX la visión de los presidentes norteamericanos ha sido bastante más cruda y crítica. En los años sesenta y setenta algunos grandes directores comenzaron a cuestionar el poder, desde Sidney Lumet a Francis Ford Coppola, Alan J. Palula, Sidney Pollack, o David Miller… díficiles tiempos de conspiraciones y escándalos políticos. Pero los años noventa no cejan en su empeño sobre la conspiración del poder: JFK y Nixon, ambas de Oliver Stone, contribuyen al debate, quién luego volvería a caricaturizar a George W.Bush en W. (2008). Y recordemos que más recientemente Clint Eastwood ha vuelto a ese revuelto periodo con J. Edgar (2011).

Los idus de marzo, los Brutus de la Política

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Los idus de marzo

Ryan Gosling, excelente de nuevo en su papel

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Ryan Gosling, excelente de nuevo en su papel

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Blanca Vázquez - La República Cultural

¿Se puede afirmar la existencia de un cine político como género, al margen del meramente propagandístico, por el que sus directores expresan sus opiniones y creencias personales sobre la vida y la política? ¿Son más criticables y aborrecibles, como expresan algunos medios que odian a los liberales o radical chic, por el hecho de competir en los Oscar y obtener pingües beneficios?

Desde El nacimiento de una nación (1915), el primer film político norteamericano, postal racista de David W. Griffith, la mirada al poder y el establishment ha sido tratada en el celuloide según los acontecimientos vividos en cada momento. Extraño nos parece ese reverencial tratamiento a los primeros mandatarios, considerados entre héroes y santos. Avanzado el siglo XX la visión de los presidentes norteamericanos ha sido bastante más cruda y crítica. En los años sesenta y setenta algunos grandes directores comenzaron a cuestionar el poder, desde Sidney Lumet a Francis Ford Coppola, Alan J. Palula, Sidney Pollack, o David Miller… díficiles tiempos de conspiraciones y escándalos políticos. Pero los años noventa no cejan en su empeño sobre la conspiración del poder: JFK y Nixon, ambas de Oliver Stone, contribuyen al debate, quién luego volvería a caricaturizar a George W.Bush en W. (2008). Y recordemos que más recientemente Clint Eastwood ha vuelto a ese revuelto periodo con J. Edgar (2011).

Otros Films son decididamente más incómodos y molestos para sectores social y económicamente muy poderosos, denunciando una América trastornada por las secuelas del 11S, e intentando concienciar a los espectadores del deterioro de la lamentable situación política. Sin por ello dejar de ser un negocio rentable y facturando buen cine. Seamos realistas.

Con frases cortas y sobreentendidas miradas, poses estudiadas y decepcionantes derrumbes escenificadas con exquisita limpieza de gestos, como pocos actores saben, y uno de ellos es sin duda el actor de moda,Ryan Gosling, transcurre escena a escena Los idus de marzo, última producción y dirección de nuestro nespresso preferido, George Clooney.

En mitad del mes en cuestión (cuando Julio Cesar fue asesinado en la obra de Skapespeare) transcurre la historia que nos traslada Clooney desde el teatro, (Farragut North -Doug Hughes, 2008-), si bien con convenientes modificaciones para el cine, y un guión que ha conseguido la nominación a Mejor Guión Adaptado en los pasados Oscar. Shakespear en todo su esplendor, dentro de la política actual. Lo sabemos; Observamos atentamente, en las entrañas del gobierno de cualquier país, y todo son poses, encuadres y Photoshop de los errores humanos, las puñaladas, y las trampas entre los Cesares y sus fieras.

Ah, este Clooney, mira que podría haberse quedado en hombre de charme infinito y soltería juguetona. Pero no. Insiste en expresar sus humores con respecto a las decepciones que le/nos producen los políticos, (léase Barack Obama en este caso). Y es que este actor quiere ser, desde hace tiempo, un político revolucionario desde las pantallas: La necesidad de una prensa libre en Buenas noches y buena suerte (2005) también como director; Los problemas que generan los norteamericanos en Oriente Próxima por el petróleo en Syriana (2005); La corrupción de las corporaciones en Michael Clayton (2007); La devastadora aniquilación de puestos de trabajo por la crisis económica en Up in the Air (2009), éstas como actor…Siempre lo ha confesado: “Me encanta poder decir exactamente lo que pienso sin tener que darle explicaciones a nadie”, y para eso hace falta cierto status, está claro.

Junto a Grant Heslov, productor, Leonardo DiCaprio, productor ejecutivo, y un grupo de actores de la mejor cantera, (que han cobrado lo mínimo), Clooney se despacha a gusto, con lasciva mirada cínica, sobre la trastienda de la elección del candidato de un grupo político, en este caso el Demócrata norteamericano, aunque bien podría haber sido el Republicano, o aquí mismo lo traducimos a las primarias del partido socialista. Cine lleno de sutiles punzadas, de lenta digestión (advertimos) para espectadores exigentes con cierta mirada crítica y especialmente nihilistas con la política y su teatralidad. “Trata sobre el viaje personal de un hombre joven (y vanidoso) que aún mantiene su idealismo, pero que está dispuesto a vender su alma con tal de ganar”, apunta Clooney, y ese joven no es otro que el personaje de Gosling (Stephen Meyers), ayudante de la campaña, quien luchará con uñas y dientes contra contrincantes de otros partidos, del mismo partido, jóvenes becarias, e incluso contra el candidato, el gobernador Mike Morris (Clooney). Muy al estilo Bill Clinton, o más alejado en el tiempo, en plan Kennedy, hay escándalo sexual que aprovechar para fines personales, y el director-actor demuestra, una vez más, “lo tontas que pueden llegar a ser algunas personas en el poder y las cosas que creen que pueden hacer con absoluta impunidad”, (algo que podemos muy bien trasladar a nuestro entorno “Real” más actual).

Pero no nos desviemos del film en cuestión, por más que sea toda una tentación mudar el argumento entero a nuestra casa empapelada de corrupción.

Los idus de marzo habla sobre la crisis actual de valores, la falta de honestidad, y lealtad. Términos que parecen causar extrañeza hoy por hoy. Nunca se hizo Skapespeare tan contemporáneo en este llamamiento a no dormirse en la comodidad del todo vale, de aguantar la saturación de escándalos financieros y fraudes bancarios. Son temas sobre los que hay que seguir insistiendo, aunque sea desde la ficción de una historia cinematográfica. Y ver juntos y revueltos a Gosling, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Evan Rachel Wood, Marisa Tomei, Jeffrey Wright, Max Minghella y Jennifer Ehle es un placer poco visto en la pantalla grande.

George Clooney for President!” ¿Llegaría la decepción? Probablemente.

DATOS RELACIONADOS

Título original: The Ides of March, 2011
Dirección: George Clooney
Guión: George Clooney, Grant Heslov
Intérpretes: Ryan Gosling, George Clooney, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Philip Seymour Hoffman, Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Max Minghella, Jennifer Ehle
Fotografía: Phedon Papamichael
Música: Alexandre Desplat
Duración: 101’
País: Estados Unidos
Productora: Cross Creek Pictures / Exclusive Media Group / Smoke House
Premios 2011:
Oscar: Nominada a Mejor guión adaptado
Globos de Oro: 4 nominaciones, incluyendo Mejor película dramática
Premios BAFTA: Nominada a Mejor actor secundario (Hoffman) y guión adaptado
Critics Choice Awards: Nominada a Mejor Intérpretes
Festival de Venecia: Sección oficial largometrajes a concurso
Festival de Toronto: Sección oficial largometrajes a concurso

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