Inma Luna – La República Cultural
Gsús Bonilla escribe los versos en minúscula para decir cosas mayúsculas. Tiene la habilidad de dejar en los poemas el rastro de lo humano. Ése es el punto de vista. Lo humano como prodigio y como miseria, como lo singular y lo colectivo, como la generosidad y la incapacidad, como los rastros y el olvido, como los animales y los hombres.
Aunque no esté escribiendo da lo mismo, Gsús Bonilla destila humanidad, en cada gesto, en todas las aproximaciones. Una tarde, en un chat, compartimos dolores esenciales y pensé que este hombre podría liderar cualquier revolución política o emocional a base de minúsculas.
Su poesía carece de trampas, no parece buscar ningún objetivo y, sin embargo, en ocasiones alcanza uno nada fácil de conseguir, el de la conmoción. Su último trabajo, mi Padre, el rey es un recorrido catártico por la enfermedad, la muerte, el dolor y la pérdida; un recorrido que le ha permitido, después de muchos años, asimilar el duelo. La poesía, a veces, también es redentora de alguna manera extraña.
Bonilla escribe, comparte, poesía y relato. Ha publicado los poemarios El Forro (Edición de autor, 2007), Ovejas esquiladas, que temblaban de frío (Bartleby, 2010), Menú del día…A día (Baile del Sol, 2011) y mi Padre, el rey (La Baragaña, 2012). Ha sido incluido en varias antologías y libros colectivos de poesía y relato. Ha coordinado Al otro lado del espejo [Narrando Contracorriente] (Escalera, 2011) y se le puede leer en el blog http://gsusbonilla.blogspot.co...
Le envío mis provocaciones y me responde asegurando que han supuesto un recreo en día de tormentas. No sé si Gsús sabe que recreo es una de mis palabras favoritas, pero seguro que lo intuye.
¿Dónde está la poesía?
La poesía está en la calle, y en la calle el poema… y hay veces que incluso se da la circunstancia de que en la calle están los poetas. Entiéndase, si se quiere, “calle” como elemento exterior y común de espacio y tiempo.
¿Hay que recitar o hay que gritar?
Lo fundamental es el transmitir, el comunicar; y esto se puede conseguir de dos maneras: o a voces, o casi susurrando. Lo ideal sería buscar un equilibrio entre ambas formas; el acierto es encontrar esa extraña armonía.
El hambre suele producir poemas inmortales, citabas a Hipólito Taine, ¿qué produce la injusticia?
La injusticia produce desigualdad y esta desproporción económica, política y social en la que se encuentran unos individuos frente a otros siempre será una sinrazón, que a su vez seguirá produciendo cabreos y mala leche (lo que ahora llaman indignación)… al menos, en aquell@s romántic@s que todavía tenemos la capacidad de discernir lo que creemos que es mejor o, al menos, más saludable para el bien común.
Tiempo de ovejas…
Es tiempo de pastores y en consecuencia: de ovejas lobo.
¿Nos tocó x y perdimos –todos-?
Ah, la jodida equis, el sambenito de la etiqueta hecho tipografía para ubicar a toda una generación (los nacidos del ‘70 al ‘80), decían. No te jode. Y perdimos, vaya que si perdimos ¡Todos! absolutamente todos; el que no perdió en lo material, perdió en lo espiritual… y todavía se están dando casos en que la pérdida es total: la destrucción del individuo, por activa o por pasiva.
¿Qué menú nos ofrece este día a día?
A mí se me antoja que el hoy es un bufé libre; al que, excepcionalmente, los de siempre invitaron a los de nunca… el tema es que los de nunca no sabían que tenían que poner los platos y seguidamente servirlos, además de recoger la mesa, para luego fregarlos; y lo cojonudo ahora ¡¡¡es que hay que pagar a escote la fiesta!!!
mi Padre, el rey es una habitación para el aseo interior ¿te ha limpiado?
Mucho. Aunque todavía quedan zonas a las que no llego. No, fuera de coña… hay hechos fortuitos que como poco nos quitan el sueño y nos llenan de demonios. Si hablamos de sensibilidades es cierto que cada individuo es un mundo. Yo siempre pensé que tenía uno, un demonio digo, y bien gordo; pero cuando empecé a elaborar mi Padre, el rey me di cuenta de que no solo tenía uno y grande, no. Pasados veinte años de aquel desgraciado hecho (la muerte de mi padre después de una terrible enfermedad, su velatorio, y el posterior entierro el mismo día de mi veinte cumpleaños), sé de cierto que al menos tuve un demonio por año y de igual tamaño que el que pensé en un principio. En este poema hago referencia al menos a once de esas contrariedades o demonios, que a su vez me sirvieron para fragmentar este extenso poema-libro. El resto de tormentos, hasta llegar a los veintipocos, creo que no son interesantes para el lector, al menos si no es lector de prensa amarilla, como presupongo.
¿Cómo se administra la pérdida, cómo se comparte?
Yo tengo la gran suerte de ser escribidor ocasional, y la escritura es el medio con el cual logro comunicarme mejor con mi entorno; aunque tengo la mala reputación de lo contrario quien bien me conoce sabe que soy bastante introvertido. mi Padre, el rey es fundamentalmente un libro de duelo, y básicamente esa es la experiencia que trato de compartir, el desarrollo en este proceso y sus diferentes escalones. Como administrador de emociones soy un desastre y bastante visceral. En el caso del fallecimiento de mi padre he tardado casi veinte años en aceptar su muerte, media vida. Casi nada. Este libro.
vomitó.
(Poema de un solo verso de
mi Padre, el rey)
vomitamos.
¿Para quién es mi Padre, el rey?
Para cualquiera. Somos una sociedad de cualquieras. Me figuro que también para algún experimentado en poesía, al fin y al cabo trata de la muerte y su misterio. Si bien es verdad, lo que a mí me gustaría es que quien se acercase a este libro, lo hiciese con la sana intención de “leerlo” y descubrir las múltiples lecturas que se va a encontrar en cada fragmento-poema así como en el poema completo, "autobiografiado" desde una escritura de los nadie para los nadie que, por cierto, somos muchos.
Y ahora después, ¿con qué estás escribiendo?
El caso es que este poema (mi Padre, el rey), en su día, me desgastó demasiado emocionalmente, casi que me dejó seco. Pero bueno, se siguen produciendo hechos a diario que me siguen revolviendo el estómago y conservo todavía el lápiz de siempre, solo he de alcanzar el impulso suficiente para untar su punta en el charco que proceda…
¿Quién te despierta cuando lees?
Desde hace dos años una pequeña rizosa de ojos carbón y el miedo que tengo de nuestros regidores a que le jodan los sueños.
Y en los cuentos… ¿Qué cuentas?
Verdades que se asemejan a mentiras… y a veces, verdades que parecen de verdad.
Los recitales, las redes sociales, ¿son megáfonos?
Lo que está claro es que ambos, cada cual con su particularidad, son espacios que necesariamente están cambiando los modos de comunicarnos y entendernos en esta sociedad tan insocial que nos ocupa. En los primeros y por cercanía puedes establecer cierta complicidad de un modo inmediato y palpable; en las segundas, esa vecindad es más compleja cuando es más trabajoso de reconocer, en un primer momento, a tu interlocutor; sin embargo, el mensaje se multiplica por mil, aunque sí que es verdad que también caduca con bastante rapidez.
¿Hasta dónde la implicación del poeta?
A mi juicio debería ser indefinida e ilimitada, si es que el mundo que le rodea y el universo en el que vive lo utiliza, porque le sirve, para su discurso poético. Luego está la libertad del individuo en implicarse o no, y que decida lo que decida y según para quién, siempre estará equivocado.
Mi dedo en su llaga
El omnipotente
aunque
en la nueva vivienda seguíamos teniendo fríolos habitantes
y los muebles éramos los mismos.eso sí, con una preocupación menos.
mi madre
y
la llama de una vela
un tiempo antes
suplicaron
a la imagen del Gran Poder
unas mejores condiciones de vida;cada uno tendría su propio espacio.
mi hermano y yo
ya no dormiríamos juntos
en la habitación donde también lo hacían mis viejos.el retrete
lo ubicaríamos en un lugar distinto al de la cocina.los techos de escayola
no estarían sujetos por el esparto roído de las ratas.y si digo que
en otra ocasión -una vez ya felices-la misma madre
la misma llama de la misma vela
volvieron a suplicar
a la misma imagen
en la enfermedad de mi padreno me lo estoy inventando,
para entonces ya era tarde
el reparto de deseos ya había sido satisfecho:el mismo frío
algún que otro mueble -quizá más moderno-y una preocupación más
de dimensiones….sobrecogedoras.
(De Ovejas esquiladas, que tiemblan de frío)
La voluntad de otro
no entendimos el gesto.
había que comer de la palma
de su mano.cuidando siempre
primero
de utilizar labios y lengua
evitando así
el arañazo de los dientes.pero la mansedumbre de los asnos
es terca, como tercos son los asnos;
y de ahí que el animal
aprenda
a base de palos.el abuelo tenía un burro
con las orejas de trapo,el extremo de una hebilla,
un cuchillo de corcha,
una sordera tremenda, una cruz de medalla,
una guerra en áfrica
y un sombrero de pajay también
la mala costumbre
de enseñar
a sus nietos
que la obediencia
era
cumplir los deseos de amo.le perdimos el respeto
una vez frente al escaparate
de la tienda de dulcesy estuvimos salivando
una infancia entera.(De Menú del día… A día)
2.
la poesía y su belleza están muy bien. pero aquí y ahora
necesito resumir su vida en [algo más de] veinte versos;
desde el niño descalzo que fue, mirando sus pies,
hasta su último díahe de hacerlo,
como una posible anécdota,
quizá sin interésporque un poema fascinante es otra cosa
(De mi Padre, el rey)