Alberto García-Teresa – La República Cultural
El volumen parte del concepto de metáfora como traslación, como transbordo, y de ahí que Jorge Díaz Martínez (autor de La piel de la memoria, Premio Vicente Nuñez, y Almizcle y tabaco, Premio Arcipreste de Hita) aporte una visión poética de un escenario tan cotidiano y rutinario como es el metro, en donde pretende establecer una traslación de imágenes y realidades. Esta intención queda también estupendamente recogida en las ilustraciones de Pablo Diartínez, reproducidas a color acompañando los poemas, que suelen yuxtaponer dos mundos o elementos de dos realidades distintas (una suele ser el metro), a modo de collage.
A su vez, el libro se compone de poemas que aparecen como fogonazos, que buscan la concisión y la precisión. Consisten estos en versos de oraciones breves, agrupados en cortas estrofas, donde el silencio y la pausa son esenciales y que construyen estampas antes que un discurso hilvanado. Por otro lado, en varias piezas, se cruza otra voz (marcada tipográficamente con cursiva y en estrofas con sangriado) que también contribuye a esa yuxtaposición y confluencia de niveles, espacios, propios de la red del suburbano y de la noción de transbordo.
Finalmente, se debe señalar que, a pesar del subtítulo del volumen, los textos tienen como espacio, punto de partida o caja de resonancia el metro de Barcelona. Pero no resulta Transbordo un poemario sobre él sino que recoge un retrato sociológico a partir de la transcripción inmediata del marco de estos poemas.