Blanca Vázquez - La República Cultural
Fiel a nuestro interés por lo nórdico, tanto en cine como en literatura, no podíamos faltar a la cita del último estreno en DVD y Blu-Ray en clave thriller negro, Silencio de hielo, alemana de producción aunque nórdica de adopción estética. Su responsable, el suizo Baran Bo Odar, adaptando el best seller de Jan Costin Wagner, ha compuesto una partitura desasosegante que guarda cierto tono con la serie The Killing y con el mejor cine escandinavo.
Un policiaco donde la simpleza de la puesta en escena y el lenguaje de las miradas dicen más que todas las palabras del mundo. Desde dos espacios temporales distantes 23 años, se investiga el asesinato de dos niñas adolescentes, que tienen en común a los mismos responsables, aunque la segunda muerte es más una llamada de atención que una necesidad compulsiva. Como en The Killing, el punto de vista de los diferentes personajes del entorno, tanto de las víctimas como de los investigadores, toma mucha importancia, casi más que la investigación. La diferencia está en que aquí sabemos quien ha cometido los asesinatos desde el principio, aunque no deja de haber sorpresa al final.
Actores en estado de gracias, tenemos a Ulrich Thomsen (que hemos visto en varias producciones nórdicas). La culpa está presente en familiares de las victimas y agresores. Los policías pasan crisis y pérdidas, obsesiones y algunos son mediocres hasta el realismo puro. Madres que se duelen durante años, y parejas que se rompen ante el dolor. Familias que se destrozan por un pasado no soportado, todo bulle en este thriller elegante donde nada desagradable se deja ver directamente, sino indirectamente. Un plato de muy buen cine.
Por su parte las comedias “made in Apatow” tienen una gracia y estilo muy particular. Son comedias, podríamos decir, inteligentes con cierto roce gamberro. Eternamente comprometidos de Nicholas Stoller con guión de Jason Segel (también protagonista) y con nuestro flamante fotógrafo vasco Javier Aguirresarobe en la dirección fotográfica, sorprende por dar más de lo que parece. Un dúo Sotoller (Segel) que ya antes han funcionado bien, recordemos Paso de ti 2008, y cuya química (la de Segel) con Emily Bluntes asombrosa.
Único inconveniente, demasiado larga. Con reducirle 20 minutos hubiera sido perfecta. Lo que no quita para convertir al film en una sorpresa, pues título tan vulgar podría dar que pensar en una comedia al uso habitual de Hollywood. Pero Stoller filma con descaro a sus personajes, y los hay para caerse de espaldas, aunque tan desequilibrados como realistas. El tema se centra en una pareja que decide casarse después de un año de relaciones. La cuestión es que parece más una decisión de palabra que de hecho, y no acaban de dar el paso bien sea por preocupaciones laborales, bien por traslados y mudanzas, bien porque consideran demasiado serio el paso al matrimonio, a pesar de su ya vida en común. Los secundarios son otro punto a favor y acaparan cámara y chistes con mucha chispa. Dos opciones serias y de sumo interés en cine casero.