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Daniel del Monte: “hay psicópatas en todos los niveles de la sociedad, muchos de ellos tomando decisiones trascendentales a diario” - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Daniel del Monte ha intentado penetrar en la mente de un asesino en serie, uno de esos personajes que muy a menudo aparecen en los medios de comunicación y que se han recreado por medio de series, películas y una buena cantidad de novelas. Tal vez sea por la atracción que todos sentimos por el mal o por el interés que nos despierta todo aquello que no terminamos de comprender por lo que han tenido tanto éxito. Que un escritor nacional se sumerja en ese proceloso mar es muy llamativo y que lo haga con solvencia, más aún. Ya escribimos sobre el interés que despertaba la novela, ahora tenemos la oportunidad de saber más sobre quién ha dedicado tanto tiempo a ello.

Daniel del Monte: “hay psicópatas en todos los niveles de la sociedad, muchos de ellos tomando decisiones trascendentales a diario

Entrevista al autor de Diálogo entre asesinos

Diálogo entre asesinos
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Diálogo entre asesinos

Portada de la novela de Daniel del Monte

Diálogo entre asesinos
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Diálogo entre asesinos

Portada de la novela de Daniel del Monte

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Sergio Torrijos – La República Cultural

Hoy presentamos a Daniel del Monte, un joven escritor que acaba de publicar Diálogo entre asesinos, editado por la editorial Erein. Dicha novela la reseñamos hace escasas fechas y ahora presentamos una entrevista al autor.

Daniel del Monte ha intentado penetrar en la mente de un asesino en serie, uno de esos personajes que muy a menudo aparecen en los medios de comunicación y que se han recreado por medio de series, películas y una buena cantidad de novelas. Tal vez sea por la atracción que todos sentimos por el mal o por el interés que nos despierta todo aquello que no terminamos de comprender por lo que han tenido tanto éxito. Que un escritor nacional se sumerja en ese proceloso mar es muy llamativo y que lo haga con solvencia, más aún.

Ya escribimos sobre el interés que despertaba la novela, ahora tenemos la oportunidad de saber más sobre quién ha dedicado tanto tiempo a ello.

Disfruten la entrevista.

 

Háblanos sobre quién es Daniel del Monte.

Soy una persona con un gran interés por distintos temas. Me gusta hacer proyectos creativos, basados fundamentalmente en la escritura. Por ejemplo, ahora estoy en fase de postproducción de una película que he escrito. El punto de partida para lo que hago es la escritura. Pero, al mismo tiempo estoy poniendo en marcha la productora que acompaña el desarrollo de este y otros proyectos.

¿Cuál es tú trayectoria literaria?

En el colegio cuando me hacían leer mis redacciones en voz alta, el resto de los compañeros les interesaba lo que decía y se reían con ellas. Me gustaba hacerles reír. Nuestra tutora era una amante de la música clásica, en especial de Wagner. Era secretaria del Ateneo de Madrid, judía y masona. Fue una profesora muy especial para todos nosotros. Nos hacía escuchar composiciones de música clásica y nos llevaba a la Opera. Consideraba que yo escribía bien, por eso me pidió que adaptase a teatro: “Alicia en el país de las maravillas”.

Yo estaba molesto porque me parecía demasiado trabajo; tenía ocho años. Le había asignado una pequeña parte a otros dos niños y a mi más de tres cuartas partes de la obra. Cuando protesté por ello, me llevó aparte y me dijo que si no fuese por lo que podrían decir los otros padres me habría encargado todo. Yo me quejaba porque me parecía un exceso y esa era su respuesta. Ahora le agradezco que me pusiese ese trabajo. Contaba con muy poco tiempo para hacerlo, por lo que tenía que invertir muchas horas en ello; creo que algo cambió durante ese ejercicio. Ella decía en referencia a “Alicia en el país de las maravillas”: “Esta todo ahí dentro”, una frase enigmática de la que no daba explicación. Todavía no sé cómo interpretarlo exactamente, aunque tengo mis propias ideas al respecto.

Más tarde, con trece años escribí mi primera novela; de fantasía épica. Después, escribí dos novelas más. Hasta escribir “Diálogo entre asesinos”.

¿Influencias literarias?

Mis influencias literarias son la suma de todo lo que he ido acumulando con el tiempo. Lo primero que recuerdo fueron libros de Julio Verne de una colección que mi madre tenía en casa. Mi padre era librero anticuario. Siendo muy pequeño le acompañaba a buscar libros, y en la librería yo me dedicaba a examinarlos y leer partes y pasajes. Había muchas versiones del Quijote. Me encantaba la tragedia griega, y los mitos griegos. 

Después, leí fantasía épica con especial devoción por Tolkien. Con dieciséis años comencé a leer novela del siglo diecinueve. Por encima de todo, recuerdo el impacto que me produjo Dostoyevski. Le considero mi mayor influencia en general. Y respecto a suspense, misterio, novela criminal, género negro, o cómo le queramos llamar, (ella no gustaba de ser clasificada): Patricia Highsmith. 

¿Por qué trasladar la acción a USA?

Recibimos una permanente y masiva difusión de historias que se desarrollan en Estados Unidos. Ellos envían constantemente, una y otra vez, a todas partes, y nosotros recibimos. Hasta el punto que eso forma parte indiscutiblemente de nuestra cultura y nuestra realidad. Así es en este mundo globalizado. Me gusta la idea de que alguien rebote una de esas historias. Lo que yo he pretendido es cambiar el efecto, pero haciendo uso del mismo código.

Existen unos arquetipos universales que conocemos, todo el mundo consume su ficción permanentemente. Mi intención ha sido darle la vuelta, aunque maneje sus reglas y sus arquetipos. Por ejemplo, si estamos acostumbrados a que algo suceda de un modo, que pueda acontecer de otro. Si habitualmente se pasa por encima de aquello que no sea el crimen y la pura acción, mostrar también el amor, y las emociones. Si los buenos son muy buenos y los malos muy malos, desdibujar esto.

En su ficción, la americana, que es ya la de todos nosotros, existen en general unas reglas, con las que me parecía interesante jugar. Porque precisamente la vida real se encarga de desbaratarlas una y otra vez. Ellos desarrollan historias en las que aparecen asesinos en serie. Pero, normalmente hay un personaje bueno que tiene que acabar con uno malo. Un policía, un detective, un abogado, un psicólogo, un periodista etc., el bien, que tiene que dar con el asesino psicópata, el mal. Me interesaba trastocar esto. Aquí un asesino a sueldo se enfrenta a un asesino en serie, por lo que el planteamiento habitual se rompe; y los colores blanco y negro, opuestos y marcados, se difuminan.

¿Y que los protagonistas sean asesinos en serie?

Consulté información sobre Richard Kuklinski “Iceman”. Un sicario de la mafia que asesinó a más de doscientas personas. Me preguntaba qué diferencia podía haber entre la mente de un asesino así y la de un asesino en serie. Ese fue el origen de la novela.

Cuando ya había imaginado la trama. Desde esta premisa sobre la diferencia entre los dos tipos de asesino. Me interesaba mucho la reflexión de si un psicópata es creado. Es decir, aquellos que han asesinado obedeciendo ordenes, por ejemplo soldados en la guerra, ¿han sido creados? Cuando asesinar no produce en ellos ningún tipo de efecto, se han vuelto insensibles ante esto, han perdido su empatía, ¿podemos decir que han sido creados? Otro tipo de psicópata, al que no se ha forzado, ¿es de este modo por nacimiento?

Una vez tenía la historia en mi cabeza busqué información sobre distintas clases de asesinos. Fui a dar con una entrevista a Jefrey Dahmer. Desde bien pequeño Dahmer, sin una explicación clara y convincente, dio muestras de que algo no funcionaba bien. ¿Había nacido así? Mientras leía la entrevista recuerdo que mi impresión fue que no tenía nada que ver con el asesino en serie que se ríe entre las sombras mientras pone en jaque a la policía. Para intentar explicar sus crímenes, Dahmer hacía mucho énfasis en la dominación y la sumisión. Fundamentalmente estaba obsesionado con el control de los demás hacia él y de él hacia los demás. Esto es algo que también encontré en entrevistas con otros asesinos en serie. Por otra parte, Richard Kuklinski “Iceman”. Le daba exactamente igual. Era su trabajo. No había una implicación emocional evidente, en los primeros sí. Me parecía muy interesante plantear esa dualidad.

En la novela se detectan influencias muy claras del cine y las series televisivas, ¿cuál es tú caso?

En la novela se detectan influencias muy claras del cine y las series televisivas, ¿cuál es tú caso?

Respecto a esto. Tiene mucha relación con lo dicho anteriormente. Las películas, las series de televisión americanas, manejan esas reglas, utilizan ese código. Es un código que sabemos interpretar. Sus guiones se nutren de la literatura, pero esto ya tiene una larga tradición, y va en las dos direcciones. Existen unas reglas del guión de cine clásico. En la gramática cinematográfica es la manera en que podemos interpretar las historias de un modo más rápido y entendible. Esto no está solo en la parte técnica, respecto a la planificación de las secuencias, sino en el modo en que se hacen los guiones. En mi caso, me gustan mucho las películas que manejan esos códigos con gran habilidad e introducen innovaciones, vueltas de tuerca, resoluciones inesperadas.

¿Qué crees que representa esa figura del “serial killer” en nuestra sociedad?

Creo que el asesino en serie nos produce un gran desconcierto y turbación. Leyendo la entrevista con Dahmer pensaba: ¿cómo es posible que exista alguien así? Cuando los seres humanos no comprendemos algo que nos desconcierta actuamos como si estuviésemos dentro de un bucle. Nos referimos a ello una y otra vez porque seguimos sin encontrar una respuesta clara.

Ha habido asesinos que mataban porque escuchaban voces o tenían cualquier otro tipo de alucinación. Este tipo de asesino no es consciente de lo que está haciendo. En el caso de los psicópatas, sí son conscientes de lo que hacen. Actualmente sigue existiendo un debate en torno a esto. Un psicópata está capacitado para discernir, comprende donde está el mal y donde el bien, y actúa sabiendo las implicaciones de lo que hace; por eso se les encarcela y no se les lleva a instituciones psiquiátricas. 

Por otra parte, hay psicópatas en todos los niveles de la sociedad, muchos de ellos tomando decisiones trascendentales a diario que nos afectan a todos nosotros. Esto no solo explica una gran parte de lo que ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad sino de lo que sucede actualmente.

Utilizas una literatura sencilla y de rápido impacto ¿qué pretendes con ella?

Me interesan conceptos complejos trasmitidos de forma comprensible. Aristóteles es muy claro en su expresión, pero sus conceptos son complejos y profundos. Cuando algo no se muestra con claridad, en ocasiones ininteligible, para hablar de algo supuestamente complejo, lo que suele suceder es que bajo ese envoltorio de teórica complejidad no hay nada.

Me interesa que el lector perciba lo que se está narrando de un modo preciso. Que viaje con cada uno de los personajes dentro de su percepción. Que entienda lo que piensan y lo que sienten. Mi pretensión no es que el lector concluya que se hilan muy bien oraciones subordinadas interminables en el texto, sino que entre en ese mundo que tiene ante él. Para ello no quiero que se desconecte por la intromisión de una palabra innecesaria. O que después de juzgar que, en efecto, los constantes y excesivos retruécanos, metáforas y epítetos están muy logrados deje de leer en la página ocho. No tengo interés en que contemple desde fuera un forzado ejercicio de estilo, sino que se introduzca por completo en la historia. Mi intención es conseguir que cada vez que abra el libro entre de lleno en el universo de la novela. Esto es sin duda, mucho más complejo de lograr. Lo primero, el ejercicio de estilo, es un trabajo mecánico, y lo segundo, llevar al lector a ese otro mundo, es magia.

¿Cómo crees que acogerá el público nacional tu novela con esas características tan marcadas?

Estoy recibiendo muy buenas impresiones de los lectores. Aprecian mucho la aproximación. Les parece una novela con un gran dramatismo. Se sienten dentro de la historia. Y les gusta ese cambio de efecto que comentaba, porque todos conocemos esos códigos como receptores, por eso agradecen que alguien los modifique. Sobre todo, curiosamente, porque hay mucha gente que querría que pasase algo distinto en aquello que leen o ven con asiduidad. Noto también una complicidad socarrona en el hecho de jugar con esas reglas. Así me lo hacen saber. Como un niño que hace una pequeña diablura al tocar el dogma y esto es celebrado por el resto. Lo que me suelen decir es que les gustaría que hiciesen la película de la novela, y verla. Hace poco que hemos hecho la página en Facebook: “Diálogo entre asesinos” y en menos de dos semanas ya está en más de 1200 personas. Desde aquí invito a que se siga sumando gente. 

¿Qué proyectos tienes a futuro?

Me gustan muchos géneros distintos. Me continúa también interesando el género negro y el misterio. Intento ofrecer una perspectiva sobre distintos temas. Que los lectores vivan una intensa experiencia. Mis próximos proyectos pasan por nuevas propuestas teniendo en cuenta todo esto.

¿Volverás a poner la acción en otro país?

Sí. Depende mucho de la historia que quiera tratar. Ya he escrito algunas cosas que se desarrollan aquí, pero voy a continuar ambientando historias en otros lugares. Estados Unidos volverá a aparecer. En la época de la Roma clásica, como humilde hombre de provincias, sin duda habría contado historias sobre el corazón del Imperio. 

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