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The Ghost of Piramida, los sonidos del pasado - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Piramida fue un pueblo levantado en la isla de Spitsbergen, en algún lugar del norte de Rusia, a unos 1.000 kilómetros del Polo Norte. Hasta allí se trasladaron cientos de hombres y mujeres con el objeto de extraer el carbón de las entrañas de la tierra. Alexander no solo fue uno de aquellos pioneros: también rodó películas que ilustran cómo era la vida en aquella colonia. “Últimamente he esto viviendo en silencio”, así comienza su relato Alexander. A través de su voz en off (en ruso) y de las imágenes en blanco y negro rodadas por él mismo, nos habla del pasado, de ese fantasma con el que estamos obligados a convivir, de aquellos hombres y mujeres que se marcharon a vivir a la floreciente Piramida y que consiguieron sobreponerse a la adversidad y a la dura climatología, en medio de inviernos de oscuridad total y de veranos deslumbrantes, formando una utopía más o menos feliz y autosuficiente, amenazada únicamente por la visita ocasional de algún oso polar. Al menos, así era en un principio…

The Ghost of Piramida, los sonidos del pasado

La banda danesa Efterklang visita la ciudad abandonada Piramida, cerca del Polo Norte

The Ghost of Piramida
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The Ghost of Piramida

Cartel de la película documental de Andreas Koefoed

The Ghost of Piramida
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The Ghost of Piramida

Cartel de la película documental de Andreas Koefoed

DATOS RELACIONADOS

Título: The Ghost of Piramida (2012)
Director: Andreas Koefoed
Intérpretes: Rasmus Stolberg, Mads Brauer, Casper Clausen
Música: Efterklang (Rasmus Stolberg, Mads Brauer, Casper Clausen)
País: Dinamarca
Producción: Andreas Koefoed
Duración: 57’

Banda sonora original: http://rd.io/x/QWAe1CJDuTg

Javier Serrano - laRepúblicaCultural

Piramida fue un pueblo levantado en la isla de Spitsbergen, en algún lugar del norte de Rusia, a unos 1.000 kilómetros del Polo Norte. Hasta allí se trasladaron cientos de hombres y mujeres con el objeto de extraer el carbón de las entrañas de la tierra. Alexander no solo fue uno de aquellos pioneros: también rodó películas que ilustran cómo era la vida en aquella colonia.

Últimamente he esto viviendo en silencio”, así comienza su relato Alexander. A través de su voz en off (en ruso) y de las imágenes en blanco y negro rodadas por él mismo, nos habla del pasado, de ese fantasma con el que estamos obligados a convivir, de aquellos hombres y mujeres que se marcharon a vivir a la floreciente Piramida y que consiguieron sobreponerse a la adversidad y a la dura climatología, en medio de inviernos de oscuridad total y de veranos deslumbrantes, formando una utopía más o menos feliz y autosuficiente, amenazada únicamente por la visita ocasional de algún oso polar. Al menos, así era en un principio…

Las imágenes del director danés Andreas Koefoed nos muestran el periplo de Mads, Casper and Rasmus, los tres miembros del grupo danés Efterklang, durante sus nueve días de estancia en Piramida. La banda se ha trasladado hasta allí con la intención de grabar sonidos procedentes del lugar, creando así una suerte de paisaje sonoro que recoja el espíritu de aquellos hombres y mujeres y del sueño que persiguieron.

En la actualidad, Piramida está habitada por un solo hombre, un ruso silencioso y de carácter ríspido, acaso otro fantasma más como el que da título a la cinta, armado siempre de un fusil y temeroso de la posible aparición de un oso polar. Este hombre, forzosamente acostumbrado a vivir en soledad, será el improvisado guía de Efterklang durante su estancia. Junto a él y protegidos por su arma, los miembros del grupo recorrerán el paisaje surrealista de esta ciudad fantasma, bañada por el agua gélida que entra en el Billefjorden y dormida a las faldas de la imponente mole de su montaña piramidal.

Definitivamente y ante la impasible mirada de un busto de Lenin, el tiempo se ha detenido en Piramida. Los sueños de sus antiguos habitantes parecen flotar todavía en el aire, impregnando la madera de las barracas. Eran los tiempos en que eran felices, antes de la tragedia y de que llegase la Perestroika.

Los componentes de Efterklang, mientras deambulan por el interior de edificios abandonados comunicados entre sí por tuberías metálicas a modo de arterias, parecen preguntarse ¿cómo es la vida de un pueblo cuando ya no está su gente?, ¿puede haber vida? Mads, Casper and Rasmus soplan en el interior de botellas vacías intentando arrancar sonidos sugerentes, percuten con sus baquetas y mazas sobre toda superficie de metal que se pone a su alcance, rozan con sus manos el lomo de viejos expedientes y luego los arrojan contra el suelo, graban el sonido de sus propios pasos sobre la helada tierra… buscan cualquier sonido que pueda servir de inspiración para el que ha de ser su cuarto disco (que se llamará precisamente Piramida y que será su primer disco con formación de trío) y susceptible de ser incorporado a él como una suerte de psicofonía.

The ghost of Piramida intercala oportunamente los recuerdos en blanco y negro de Alexander entre las imágenes actuales, rodadas en color por Andreas Koefoed, utilizando como banda sonora la música del propio grupo.

El documental dura 57’ y fue premiado en noviembre de 2012 en el IDFA de Ámsterdam, el más importante festival de cine documental.

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