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Los amantes pasajeros, risa entre tinieblas - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Pedro Almodóvar es marca España, es como el mejor queso manchego, una marca de denominación de origen. El contraste positivo a la otra marca podrida que está proliferando últimamente. Almodóvar es un valor, es nuestro valor para salvarnos frente a la imagen de zafios y cretinos corruptos con la que se nos ve. Imagen que nos hemos ganado a pulso nosotros solitos. Treinta y dos años de cine, en los que el director, guionista y productor ha mostrado sus estados de ánimo, sus raíces, sus reconciliaciones, sus dramas, y sus provocaciones. Ahora su rabia. Porque Los amantes pasajeros, su esperado estreno del 2013 está llena de rabia y asombro, escondidos bajo el disfraz de comedia, aunque en realidad sea una comedia casi sin ganas, sin energía.

Los amantes pasajeros, risa entre tinieblas

Los amantes pasajeros
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Los amantes pasajeros

Uno de los Poster del film de Pedro Almodóvar

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Los amantes pasajeros

Hugo Silva, Javier Cámara, Cecilia Roth, José Mª Yazpik, José Luis Torrijo, Lola Dueñas y Antonio de la Torre

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DATOS RELACIONADOS

Título original: Los amantes pasajeros, 2013
Dirección y guión: Pedro Almodóvar
Intérpretes: Javier Cámara, Carlos Areces, Cecilia Roth, Lola Dueñas, Raúl Arévalo, Antonio de la Torre, Hugo Silva, Guillermo Toledo, Miguel Ángel Silvestre, Blanca Suárez, José Luis Torrijo, José María Yazpik, Paz Vega, Laya Martí, Cote Soler, Pepa Charro, Nasser Saleh, Concha Galán, Susi Sánchez, Carmen Machi, Violeta Pérez, Bárbara Santa Cruz, María Morales, Antonio Banderas, Penélope Cruz
Fotografía: José Luis Alcaine
Música: Alberto Iglesias
Duración: 90’
País: España
Productora: El Deseo S.A.

Blanca Vázquez – La República Cultural

Pedro Almodóvar es marca España, es como el mejor queso manchego, una marca de denominación de origen. El contraste positivo a la otra marca podrida que está proliferando últimamente. Almodóvar es un valor, es nuestro valor para salvarnos frente a la imagen de zafios y cretinos corruptos con la que se nos ve. Imagen que nos hemos ganado a pulso nosotros solitos. Treinta y dos años de cine, en los que el director, guionista y productor ha mostrado sus estados de ánimo, sus raíces, sus reconciliaciones, sus dramas, y sus provocaciones. Ahora su rabia. Porque Los amantes pasajeros, su esperado estreno del 2013 está llena de rabia y asombro, escondidos bajo el disfraz de comedia, aunque en realidad sea una comedia casi sin ganas, sin energía.

De Almodóvar he visto algunos de sus trabajos, picoteando aquí y allá en todos estos años. Ninguna conseguía hacer sombra a la que considero la mejor de todas, Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). Aquí Almodóvar tuvo una estrella que no le he vuelto a ver, aunque “Volver”, 2006, se le acercara bastante. Y es quizá su querer volver a los tiempos del talento virgen, del talento por salir, lo que ha querido explorar el cineasta. Como el exuberante y grandilocuente trailer de El gran Gastby que vemos antes del film, ¿es posible volver al pasado? ¿No está el alma herida por el tiempo?

Había ganas de ver lo último de Almodóvar. Su público permanece fiel, le esperaba más que nunca. Las salas permanecen llenas. Se ha presentado con una comedia debajo del brazo, una un poco bestia, queriendo ser hermana de Pepi, Luci y las Mujeres al borde, y ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Un sainete de su tiempo, un tiempo desbordado, un tiempo de miserias, en aquel caso de descubrimiento de libertad, en este de miserias políticas y degradación social. Los amantes pasajeros es una comedia muy política, toda ella es una alegoría de la “comedia” sin sentido que estamos viviendo. Es una lectura entre líneas, con el sexo vivido como una celebración. El sexo provocativo que tanto le gusta insertar a nuestro director.

Un avión de la compañía Península, Pe, con sus actores habituales y otros nuevos, Lola Dueñas, Cecilia Roth, los tres estrellas, Carlos Areces,Javier Cámara, y Raúl Arévalo, como los azafatos más picantotes del universo. Hugo Silva y Antonio de la Torre como los pilotos, e invitados de corto alcance, como Antonio Banderas y Penélope Cruz que abren el film en el aeropuerto fantasma. Aquí comienzas las entrelíneas, ese aeropuerto fantasma, construido con dinero de una caja de ahorros, cuyo director, corrupto, está en el vuelo escapando a México. Todos en primera clase, porque los de clase turista ¡¡están todos narcotizados!! “Madame” que tiene múltiples secretos sobre su clientela de altos vuelos; asesino a sueldo; vidente que está deseando dejar de ser virgen; actor que huye de sus amantes; porteras que largan por la boquita; amantes emocionalmente inestables; o novios recién casados con equipaje extra en el culo. Está claro, candor almodovariano.

Como en sus primeros Films retrataba la realidad marginal y la España gris de pisos al borde de la M30, el manchego plasma en Los amantes pasajeros el espacio claustrofóbico de la corrupción, con la paleta de colores vivos de azafatos y pasajeros al borde de un ataque de nervios. Ultracatolicismo y dominadoras, bisexuales y camellos de mescalina, actores de capa caída…todos, frívolos y cansados, con un pasaje (el medio burgués, dormido) queriendo salir de una España herida y estancados por avería encima de Toledo, ciudad históricamente imperial. Algo fellinesco, el autor ha impreso la ley del deseo frente a tanta decepción política. Sí, político, siempre muy político Almodóvar sigue siendo la diana de muchos medios (conservadores) al margen de su calidad como autor o creador. Una pena, esta sigue siendo la España de dos mitades. Con escenas impagables como el baile de los tres azafatos, y momentos desternillantes a pesar de la melancólica y triste mirada de Almodóvar, una mirada desorientada como la nuestra. Los amantes pasajeros supondrá con los años un reflejo de esta época oscura. Imprescindible.

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