Eliane Hernández – La República Cultural
Una, dos, tres y hasta cuatro posiciones distintas para la pierna derecha del duque de Feria, mientras da órdenes a sus oficiales, pueden observarse en el dibujo preparatorio que Vicente Carducho realizó para el cuadro La expugnación de Rheinfelden. Y el hecho de que la lámina definitiva de Carducho forme parte de la colección del Museo del Prado hace posible que contemplarla de manera conjunta junto con su dibujo previo se convierta en una especie de juego de “buscar las diferencias” a gran escala.
Cuando contemplamos un lienzo raramente nos paramos a pensar en el trabajo previo que esa obra ha supuesto. Por eso, ver el boceto inicial con la cuadricula utilizada para poder trasladar la composición al cuadro definitivo es casi tan interesante como descubrir que solo una de las figuras de otro de esos estudios previos termina apareciendo en el trabajo final.
La exposición El trazo español en el British Museum. Dibujos del Renacimiento a Goya presenta una selección de 71 obras de la colección de dibujos españoles que posee el citado museo de Londres y que es una de las más importantes fuera de España. Sirviendo para demostrar que, aunque tradicionalmente se ha sostenido que los artistas españoles no se interesaron mucho por el dibujo, su uso en nuestro país estaba claramente asentando, no solo como preparación para un cuadro posterior, sino también como obras independientes.
Así, en la muestra podemos contemplar cuadros junto con sus bocetos, como el de Carducho, o el Baile de máscara en el Coliseo del Príncipe, de Luis Paret y Alcázar; estudios para esculturas, como La Asunción de la Virgen, de Berruguete; el Diseño para un retablo de Alonso Cano; algunos de los dibujos preparatorios que Goya realizó para sus grabados; o la obra independiente de San Francisco de Paula, que Murillo realizó en lápiz negro y rojo.
Por orden cronológico, desde el Renacimiento hasta el siglo XIX, y organizadas según escuelas geográficas, las obras expuestas ponen de manifiesto el florecimiento del dibujo en España, desde la influencia en sus inicios de los artistas italianos, hasta su utilización por parte de Goya para mostrar sus pensamientos más íntimos sobre los cambios sociales y políticos de la época en la que vivió. Y es posible contemplarlas en el Prado hasta el 16 de junio gracias a que, aunque en España, ni siquiera los propios creadores les daban demasiada importancia, desde mediados del siglo XIX los dibujos de artistas españoles fueron muy apreciados por los coleccionistas de Gran Bretaña.