Blanca Vázquez – La República Cultural
Tom Cruise, quien goza en estas fechas de sesión doble, en salas de cine con Oblivion, Joseph Kosinski, y en los estrenos DVD con Jack Reacher, no para de reinventarse, o mejor diríamos luchar con garras y dientes para continuar en el candelero de héroe admirado por el universo. Sin nada más que rascar de la franquicia Mission: Impossible, ha encontrado la horma de su zapato en otro personaje, un investigador un tanto especial, de una tirada de novelas, 18 nada menos que van desde 1997, del británico Jim Grant (bajo seudónimo de Lee Child). Hay que asegurarse la plaza de estrella.
Tom Cruise, que actúa también como productor, ha dado a conocer al espectador a Reacher, un investigador un tanto peculiar, decía, porque viene a ser como el resultado de mezclar en una coctelera a Harry el Sucio, con Popeye, Bullit, John McClane o Martin Riggs, entre otros policías o detectives justicieros de la cinefilia de los setenta y ochenta. Claro que adaptado a los nuevos tiempos, y a poder ser libre de ataduras consumistas, y un tanto o bastante, antisistema. Con la imagen de Cruise abanderando semejante premisa alternativa, da un poco de grima, todo sea dicho. Pero sigamos. El director, y también guionista junto al propio novelista, de llevar a buen término el material es Christopher McQuarrie, guionista de Sospechosos habituales (1995), Valkiria (2008), o la decepcionante The Tourist (2010). Con este su segundo film como director, McQuarrie ha facturado una película que podríamos calificar de resultona. Con un injerto de trasfondo ideológico, y una estética y formas sobrias que trasladan al policíaco de los sesenta, y en concreto para la suscribe a Bullit (1968), de Peter Yates. Director y actor han querido dar variedad de tonos al film y algo de profundidad, (si ello es posible, qué lo puede ser, en estas sagas), tomando también como inspiración las estupendas series de televisión actuales.
Entrevemos a Reacher (Cruise) como aquel Bullit (McQueen) de pocas palabras, mirada oblicua y ruda, presto a la acción pero calmo, rompecoches, y de cuerpo a tierra, con una persecución automovilística muy parecida a la famosa del film de Yates, y hasta un coche que se antoja muy similar, un Chevrolet Chevelle SS. Incluso tienen en común ambos Films al actor Robert Duvall, taxista en aquella, encargado de un negocio de tiro al blanco en ésta. De hecho las peleas diseñadas para la novena novela de Reacher (One Shot), se enmarcan en una naturalidad muy callejera; por ejemplo, en la primera tanda, cuando Jack Reacher se enfrenta a cinco jóvenes fuera de un bar, lo hace con una coreografía “estilo pelea de gitanos in Spain”, así lo expresa el propio director. Cambiando de táctica para las otras dos grandes peleas, una más cómica, y la final con escenario en una cantera, sin que falte la lluvia a lo atmósferas “noir”.
Jack Reacher es un film que a pesar de la estrella Cruise, un tanto rígido, está rematado con mucho mimo por McQuarrie. Rompe la falta de alma de estos productos, haciéndolo visible para amantes del cine con exigencias. No falta la chica, Rosamund Pike, encarnando a una abogada, hija del Fiscal del Distrito, un sólido Richard Jenkins, que colabora con Reacher para probar la inocencia de un francotirador acusado de cinco crímenes. Podríamos afirmar que Jack Reacher bebe de ese aire “cool” de los buenos films del género, y sorprende por romper las reglas de lo habitualmente vacuo. Nos queda Reacher para rato, pues Cruise ha cogido la saga por los cuernos y pronto la segunda entrega será un hecho. Esperemos que al menos no pierda calidad la sucesión.