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ISSN 2174 - 4092

Tiempos de situaciones; mayo no es un mes cualquiera - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Este texto es la reflexión inicial de miembros del colectivo C4C que se presentó en la Asamblea Popular de Austrias, aprobándose con pequeñas modificaciones para difundirlo en el Ágora ciudadana de esta tarde en la Plaza de Oriente. Han pasado dos años desde que tomamos las plazas. No fuimos los primeros, ni tampoco los únicos. Mohamed Buazizi, en la pequeña ciudad de Sidi Buzid en el centro de Túnez, fue el detonante de una rebelión global que no podíamos ni imaginar. Su sacrificio no fue inútil. Junto a él, millones de personas simbolizamos la voluntad ocupada a nivel planetario de que otro mundo, otra sociedad, otras formas de vivir son posibles. Ocurrió en Seattle, en Génova, en El Cairo, en Rangún, en Santiago de Chile, en Rabat o un 1 de enero de 1994 en la selva Lacandona.

Tiempos de situaciones; mayo no es un mes cualquiera

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Tiempos de situaciones; mayo no es un mes cualquiera

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Tiempos de situaciones; mayo no es un mes cualquiera

Rubén Caravaca Fernández

Este texto es la reflexión inicial de miembros del colectivo C4C que se presentó en la Asamblea Popular de Austrias, aprobándose con pequeñas modificaciones para difundirlo en el Ágora ciudadana de esta tarde en la Plaza de Oriente.

Han pasado dos años desde que tomamos las plazas. No fuimos los primeros, ni tampoco los únicos. Mohamed Buazizi, en la pequeña ciudad de Sidi Buzid en el centro de Túnez, fue el detonante de una rebelión global que no podíamos ni imaginar. Su sacrificio no fue inútil. Junto a él, millones de personas simbolizamos la voluntad ocupada a nivel planetario de que otro mundo, otra sociedad, otras formas de vivir son posibles. Ocurrió en Seattle, en Génova, en El Cairo, en Rangún, en Santiago de Chile, en Rabat o un 1 de enero de 1994 en la selva Lacandona.

Tiempos de multitudes, de activismo colectivo, de ciberactivismo dinámico. La individualidad de cada una al servicio colectivo. Divisiones, jerarquías, jefaturas y verticalidad dan paso a la autoorganización, el consenso, la rotación, la horizontalidad. Reinvención diaria de las herramientas de intervención en lo público.

No somos un movimiento espontáneo, somos millones de personas que nos negamos a que nos expropien la vida, las ilusiones, las emociones, los sentimientos. Nos negamos a ser explotados, a ser esclavos, a que nos controlen, a tener una vida artificial a merced de marcas y medios.

Formamos parte de una inquietud política global enfrentada a un sistema político deslegitimado. Su falta de legitimidad la suplen con la violencia, con terror frente a conciencia ciudadana.

Nosotras no creemos en vanguardias; creemos en multitudes, en la autonomía de cada acción.

Equivocarse no es sinónimo de fracaso. Avanzamos a partir de microredes convirtiéndonos en animadoras permanentes de cada iniciativa. Las megaredes simbolizan un modelo jerárquico que no es el nuestro. Nosotras nos transformarnos culturalmente para ser eficaces.

Nos negamos a que cerquen y privaticen nuestra vida. Por eso la exponemos, la hacemos común, la tejemos en la calle.

La ocupación del espacio público y el trabajo en red es fruto de la realidad tecnológica actual. Superamos el modelo industrial; el del sindicato como base social apoyando o rechazando las propuestas institucionales de los partidos políticos. Estas jerarquías no nos interpelan, no nos apelan.

No queremos el poder, Queremos la vida. Continuaremos con las acciones globales fruto de muchas luchas locales y sectoriales. Actuar globalmente contra los dueños del mundo. Es nuestro desafío, nuestra acción, nuestra razón.

Solo comenzaremos a conquistar el mundo si somos capaces de crear, construir situaciones, espacios y escenarios que impidan involuciones y permitan contrarrestar la violencia estatal, creando las bases para invertir la correlación de fuerzas existente en la actualidad. El 99% frente al 1%.

La precariedad, la desmotivación, la escasa autoestima actual abre un nuevo marco de la lucha de clases. Actuar en lo político para un empoderamiento colectivo es la receta para no sucumbir ante la impotencia.

No podemos caer en un egocentrismo acrítico de fácil consumo.

Repensamos el papel actual de las instituciones del estado (escuelas, universidad, hospitales, cárceles, partidos políticos, sindicatos…). La obediencia a sus normas permite su supervivencia. Promover la desobediencia civil legítima y no violenta para desmontar los discursos hegemónicos.

El primer paso transformar la vida cotidiana de cada una de nosotras, hay otros modelos que podemos construir en común. La suma de nuestras debilidades es nuestra enorme fortaleza y su gran debilidad.

Es el nuevo reto. Tenemos que hacerlo entre todas sin miedos, sin prisas, con respeto, en común y por consenso. Asumiendo que somos el 99%, que surgirán tensiones, conflictos y desacuerdos, pero conociendo quién es el “enemigo” y quién el discrepante.

Mayo ya no será un mes más. Este 2013 debemos continuar ocupando el espacio público, cercándolo, tomándolo, abrazándolo para así entre todas poder liberarlo. El trabajo en red, la investigación constante y el intercambio de experiencias incesante es la baza que juegan nuestras inteligencias colectivas. Juguémosla.

Barrio La Latina 11 de mayo 2013.

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