Sergio Torrijos – La República Cultural
La novela nos lleva al siglo XVII, a la España de Felipe IV y más concretamente al norte, al País Vasco. La obra es un ejercicio literario cuyo propósito principal es crear una novela de aventuras, de aspecto clásico combinando la juventud del protagonista y un viaje iniciático con un escenario salvaje como Groenlandia y la pesca de cetáceos. ¿A qué les suena de algo? Evidentemente resistirse a comparar es casi imposible, aunque las diferencias son tan grandes como el propósito de los escritores.
Aparte de esa trama existe una secundaria que nos muestra una historia de amor y piratería. Con esos elementos queda meridianamente claro cual es la motivación del escritor. Novela de aventuras, sin mayores pretensiones que dar al lector un buen rato de entretenimiento siguiendo una receta tradicional, prosa concisa, clara, situaciones peligrosas, dosis de acción y protagonistas que parecen encontrar su lugar en el mundo o al menos lo buscan.
La obra tiene un comienzo muy esperanzador pero la tensión y probablemente el peso de la tradición literaria le hayan costado algo al autor, pues la obra decae para luego, al final, resurgir con fuerza.
Podríamos hablar de navegación a vela, exploración de lugares remotos o simplemente la caza de ballenas, temas que bien pueden valer para crear una novela interesante de aventuras y creo que el propio conocimiento de esa literatura, por parte del autor, le ha restado algo de atrevimiento y le ha hecho transitar por un camino un tanto indefinido.
La novela se lee con una facilidad pasmosa, teniendo un ritmo muy elevado de lectura y que nos trasmite que cierta literatura siempre tiene algo que ofrecer y hablamos de la vieja receta de novela de aventuras, la que nos lleva desde el Conde de Montecristo hasta los pescadores del Pequod, siempre, y me gustaría insistir en ello, tiene mucho que aportar y más aún en tiempos de literatura con escasa imaginación en busca de contar siempre lo mismo. Gracias a eso destaco el trabajo del escritor, atrevido en semejante mundo literario y al mismo tiempo deseando que no se quede sólo en eso, que nos ilustre con alguna aventura más.
Me gustaría destacar la ambientación de la novela, bien elaborada, sin exagerar en los datos y sin rebuscar en el diccionario términos más arcaicos o en inflarnos con información histórica, en ese punto, creo que muy acertado, tiene esta narración uno de sus puntos más fuertes. Me ha encantado que alguien haya prestado algo de atención a aquellos marinos, el término intrépido se quedaría corto y muchos calificativos también, que con barquichuelos se adentraron en mares ignotos y en lugares que sólo de pensarlo hoy parece increíble.
La novela es fácilmente recomendable, se consigue lo que se busca, una novela adictiva y sumamente entretenida. Se agradece el esfuerzo del escritor y también del editor, con esa política los réditos llegaran, seguro. Animo a todos a echarle un vistazo a la novela, sin duda es una recomendación acertada.