Ramami - La República Cultural
El chatarrero es un personaje que nos descubre que buscando en los retales de la vida, en los residuos que el día a día nos va regalando, en aquellos retazos de historias que podemos ir recogiendo del suelo de nuestra realidad, se pueden configurar experiencias vitales que conforman nuestra existencia, inestimable “chatarra” con la que decorar la vida y con la que llenar esos huecos vacíos y que en realidad no lo están.
Presenta su nuevo y último trabajo. Miguel Campello parece que ha desempolvado los rincones escondidos, intimistas y melancólicos de su anterior álbum. Abandona su catatonia, se levanta, da un paso al frente, sale de la penumbra en busca de la luz. Así nos lo cuenta en su primer corte de este Chatarrero2, Pá empezar, necesitaba su tierra, necesitaba volver a creer y a entender. A partir de ahí da un giro, se entrega en cuerpo y alma al asalto del crecimiento personal, a la conquista de la confianza, al pillaje de lo positivo, al secuestro de las experiencias vitales, a la captura de las cosas pequeñas que hacen tan apasionante la aventura de vivir. Nos recuerda que hay que luchar, que hay que enfrentarse a los miedos, que no hay que echar a correr. Que huir no es la solución. Siempre hay un nuevo amanecer, siempre llega el momento en el que se arregla el día y en el que el sol te vuelve a dar en la cara. Por fin te vuelves a sentir libre y puedes pedir que tus actos sean entendidos y respetados en lo que son, a tu manera.
A la sombría luz de la sala se presenta un personaje enfundado en cazadora con cremallera de cierre en diagonal abrochada hasta el cuello, pantalón negro, botas boxeador medio acordonadas y una visera sobre la cabeza que le apenumbra la mitad del rostro, como si nos dijera que nos iba a mostrar o a esconder sólo aquello que su exclusivo y misterioso criterio le dictase. Y así comenzó su actuación. Cual reflejo de su indumentaria, en el que su entallada cazadora le aprisionaba y maniataba, se nos presenta un Miguel encorsetado en sus primeras canciones como argumentándonos que quería seguir un guión estándar, un concierto serio, alejado de improvisaciones, florituras y saltos mortales. Pero poco a poco su rebelde personalidad va aflorando y sin perder ni el respeto del público ni la profesionalidad de su trabajo, fue entrando en calor y empujando a los presentes a embarcarse sin complejos en el fascinante viaje al que habían venido para disfrutar, envolviéndoles en ese halo de magia que de forma tan particular y tan sensible, sólo él te sabe embaucar.
Podríamos catalogarlo como un concierto de largo recorrido y de larga duración, que sobrepasó las dos horas, pero más de uno se quedó con ganas de más. Porque tener a Miguel Campello encima de un escenario es una apuesta segura. Cada momento es un deleite de placer. Cada sintonía una perla auditiva. Cada improvisación un regalo inesperado. Por supuesto la columna vertebral y objetivo principal fue la presentación de Chatarrero2 del que no dejó ninguna canción en el tintero. Desgranó más de la mitad de su anterior Chatarrero y tampoco faltaron muescas reminiscentes de otros tiempos con elbicho. Un total de veinticuatro historias que supieron tocar la fibra de la emoción de todos los concurrentes.
El fondo del escenario estuvo siempre presidido por un potente soporte visual perfectamente acoplado y preparado para cada canción. Este creativo trabajo corre de la mano de su mujer Elvira Mena y Juan José López (Adrenalidem). Rodados en su casa y alrededores de Águilas (Murcia) muestran en imágenes la vida descrita en sus canciones. A valorar que todos los objetos, atrezos, “construcciones” son cosas hechas por el mismo Miguel, exhibiendo su más puro espíritu chatarrero de su abuelo y demostrando que es pintor, escultor, constructor…un artista global.
A pesar de no llevar mucho tiempo el disco en el mercado, solo desde abril, l@s incondicionales ya se saben todas sus letras al completo y no dejaron de cantarlas en ningún momento. Era agradable escuchar, a cada inicio de canción, a la gente de alrededor dar su valoración sobre lo que en ese momento estaba sonando. Valoración que se repetía una y otra vez de la misma forma invariable: “que buena es ésta, me encanta”.
Quizás algún mal nacido día llegará el momento en el que éste genio de la fusión, el mestizaje y el flamenco nos “cuele” una mala canción o una mediocre. Entre sus publicaciones no encontramos ninguna. Unas nos gustarán más, otras…las destacaríamos menos, pero nadie podrá dudar de la altísima calidad que atesoran todas y cada una de sus composiciones. Mientras ese imposible milagro llega, sigamos disfrutando de la creatividad, originalidad y genialidad de este incombustible y mágico duende.
Se fue a un rincón a esperar para encontrar el lugar y el sitio, y parece haberlo encontrado. Por si a alguien le quedaba alguna duda, con este trabajo se libera definitivamente de la sombra de elbicho. El Chatarrero ha arado su propio camino y sembrado su propio destino. El camino emprendido es del sentimiento, de la introspección y del autoconocimiento. ¿El destino? El tiempo, ese que no quiere perder, nos dirá donde le coloca pero estamos seguros que le hará justicia y le depositará donde se merece, que para eso se está “peleando con la vida entera”.