María José Esteso - La República Cultural
La Sala Cuarta Pared repone Rebeldías Posibles, una obra rebelde, como su nombre indica, que inició su andadura en febrero del año pasado, ha recorrido buena parte del Estado español y ahora vuelve de nuevo a Madrid.
Es posible ver la obra, otra vez, hasta el 31 de abril y cargarse las pilas. Frente a una sociedad deshumanizada e individualista, el teatro de la Compañía Cuarta Pared pone de manifiesto, de una forma cruda y a la vez divertida, que existen alternativas.
El texto de Luis García-Araus y Javier G. Yagüe es absolutamente genial y revolucionario. Nos lleva de la reflexión profunda a la carcajada, en un espectáculo en el que también se hace partícipe al espectador. Y todo ello ha sido ya reconocido. Rebeldías posibles ha conseguido dos premios de teatro: Mejor Propuesta en la Feria Internacional de Huesca y el Premio al Mejor Montaje en los Premios Notodo 08, además de excelentes críticas en todos los medios de comunicación.
Se cuenta varias historias de gente de a pie. Y de ahí surge un tal García que se convierte en un símbolo de rebeldía urbana. García demanda a una compañía de teléfonos por sólo 0,28 céntimos y acaba ganando la sentencia. Se gasta muchísimo más dinero en abogados pero consigue justicia. El efecto garcía se propaga y al final todo el país se llena de garcías que irán reivindicando sus derechos. Luchando contra las operadoras telefónicas, la especulación urbanística, la iglesia o la sanidad pública.
La Sala Cuarta Pared rompe su estructura habitual y hace que espectadores y actores se encuentren casi cara a cara. Los protagonistas se dirigen directamente a los asistentes con preguntas y reflexiones sobre nuestra sociedad.
Especialmente interesante es cómo se aborda la influencia de la iglesia en las personas y el derecho a la apostasía. Se aclaran también conceptos que han sido pervertidos, como el de la ingenuidad.
Una invitación al optimismo, a quejarse menos y actuar más. A luchar, a ser inconformista a revindicar nuestros derechos.