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Blanca Vázquez – La República Cultural
Queremos hablarles de dos milagros recientes del mundo del cine. Dos estrenos ahora en DVD y Blu-Ray con los que los amantes del cine se deleitarán en sus esplendorosas pantallas planas. Dos sorpresas muy agradables de los últimos Oscar. Dos maravillas que nadie debería perderse: Searching for Sugar Man, del sueco Malik Bendjelloul, ganadora del Oscar al mejor documental, amén de múltiples premios de similar importancia, y Bestias del Sur salvaje, del neoyorquino Benh Zeitlin, con cuatro nominaciones a los Oscar, entre ellas a mejor película; premio Mejor película en Sundance; BAFTA y demás. Dos multipremiadas, y no sin razón.
Malik Bendjelloul, nacido por cierto en Ystad, la ciudad donde Henning Mankell sitúa a su inspector Wallander, ha elaborado como un autentico artesano un film entrañable y que nos reconcilia con la integridad y sencillez de la vida. La de un músico poeta excelente de Detroit descubierto hacia finales de los años sesenta como toda una promesa y que sin embargo no consiguió vender ni una docena de discos en Estados Unidos. Quizá la falta de promoción, su propia timidez, su nombre que no quiso cambiar (Sixto Rodríguez), etc., en todo caso su fracaso se quedó en un misterio que 40 años más tarde descubrirá Bendjelloul en su búsqueda por Sudáfrica de historias para contar. Y lo que le fascina a este cineasta primerizo de Rodríguez es que ha sido y es toda una estrella de la música en Sudáfrica, donde alguna joven introdujo su primer disco en pleno Apartheid y los siguientes años se convirtió en la voz de la protesta. Es en esta historia donde toma cuerpo el éxito, resultado del boca a boca. Un segundo álbum quedó en la estacada y a partir de ahí y la retirada por el foro de Rodríguez, su música y desaparición se convirtieron en un mito y él en leyenda, con la certidumbre de que se había suicidado en escena. Filmada como una ficción de misterio, la película sorprende y conmueve.
Lo curioso del film es como Bendjelloul tiene la capacidad y sobre todo persistencia e ilusión para trabajar sin casi presupuesto, sin apoyo de productores, y sin medios. Todo un hombre orquesta que al final supo buscarle salida a la distribución del film (llamó a las puertas, casi desesperado, del productor de Man on wire, Simon Chinn) y cuyo resultado final rezuma verdad, interés, buena música y un descubrimiento, un cantautor tan bueno como Bob Dylan. De gran interés también los extras que le acompañan a la producción en DVD.
Por su parte Bestias del sur salvaje es una cinta indi de lo más curiosa y retadora. Hablamos de dos creadores jóvenes, que pasan de las convenciones establecidas por el ranking de taquilla. Gente que tiene recursos creativos, aunque no tenga dinero, y sobre todo que tienen ojo con el casting. Quvenzhané Wallis es la gran estrella que ilumina todo el film de Zeitlin. Poema del pantano, realismo mágico un tanto sucio, fábula cruda pero hermosa, en fin, de todo se le ha catalogado a una cinta, diría, incatalogable.
En los confines del sur de Estados Unidos, en las afueras de New Orleans, se atrinchera una comunidad instalada en la marginalidad, y sin intenciones de dejarla. En una zona pantanosa denominada “La bañera” se cría una niña sin madre y con un padre alcohólico y ausente, en un medio quasi salvaje, y en una soledad que despierta su imaginación más desbordante, como si viviera en una fábula con animales prehistóricos y en lucha contra ellos.
Bestias del sur salvaje es una mirada independiente a otra forma de vida, la elegida sin convenciones y al margen de leyes impuestas. También es una llamada a la concienciación sobre el cambio climático y sus consecuencias. Y es, asimismo, un virtuosismo fotográfico. Tampoco se pierdan la sección de extras, para acabar enamorándose de esa niña prodigiosa.
Para amantes del nutrirse con el cine.
