Julio Castro – La República Cultural
Don Valentín ya no está, y Lucio, el nuevo cura, ocupa su lugar en el despacho. Él se ocupa de recibir a Esther, corredora del seguro que tiene la archidiócesis. A ella le irá explicando las cláusulas que quiere renovar ahora que va a vencer la póliza anterior. Estamos en un colegio de la iglesia católica, Lucio es el nuevo director, pero… es algo más, porque habla en nombre de La Iglesia, con mayúsculas, y así, esta visita de rutina, se irá convirtiendo en sucesivas visitas cada dos días, porque lo que pide no tiene precedentes. Vamos a hablar de pederastia, de su traslación a dinero, de lo que viene ocurriendo y permitimos que suceda. Vamos a hablar de casos reales, y del abuso de menores como accidentes laborales.
Es habitual que los trabajos de Antonio Muñoz de Mesa contengan líneas en común, desde un texto bien articulado, una idea bien pensada, un intenso encanto por la provocación hacia el público y, sobre todo, la crítica más salvaje agazapada detrás de los elementos más inverosímiles, o, aparentemente inertes de la propuesta.
Claro, viendo las ideas que escribe o dirige, se aprende a esperar lo más sorprendente que, como en este caso de La visita, llega en dosis más o menos potente a lo largo de su desarrollo. Y es que si optas, como él lo ha hecho, por plantear abiertamente al público el argumento en propia sinopsis, lo que está en el montaje teatral debe tener una potencia suficiente como para interesar al público.
Autor/director e intérpretes, han conseguido hacerlo. Hasta el punto en que llegando hacia la mitad de la función, una exclamación de Rosa Mariscal (Esther, la corredora de seguros, en la obra), te pone los pelos de punta de golpe y sigue adelante… sigue adelante, porque lo que se ha venido cuajando a lo largo del desarrollo anterior, y lo que vendrá después, ha hecho que Iván Villanueva (Lucio, el cura que comparte escena con nuestra protagonista), genere tan mal rollo con sus “mejores intenciones”, que no puedas hacer otra cosa que seguirles en su escalada de retorcimiento y maldades.
Un elenco magnífico, en la intimidad de un espacio reducido, con el público alrededor y el desarrollo que no se detiene ante ninguna de las situaciones que suceden durante la obra. El cura que ha internalizado todos los modos que, subrepticiamente, van poniendo al público en situación. La corredora de seguros que, pese a su trabajo, no puede dejar su situación personal aparte.
En definitiva, una lucha encarnizada entre una compañía de seguros y su representada: la iglesia. Quién venza o quien pierda este litigio trasladado a dos personajes no tiene nada de extraño, porque el individualismo que puedan figurar ambos, no dista en nada del egoísmo si lo trasladamos a ambas entidades alas que representan. De modo que el engaño está servido… salvo que no hay mentira ni farsa, sólo hay lo que ocurre en la vida real.
Pausas, detalles, un cura que brinda por sus objetivos con un cáliz, o un seguro que es capaz de trasladar los delitos a números sin escrúpulos. Una iglesia que siempre vence, frente a un seguro que siempre lo intenta. Y, entre pederasta y pederasta, un partidito de fútbol (“¡sólo nos faltaba mezclar el fútbol con la iglesia!”).
El final será todo lo abierto, o todo lo cerrado que la iglesia y el Estado quieran que sea, porque, basado en hechos reales, esto no es un supuesto, sino la triste historia de una entidad a la que se ha dejado cometer sus delitos sin freno durante milenios. ¿Quién es quien y qué personaje acabará por suplantar a cuál? Yo me preguntaría si eso tiene importancia, o es un debate secundario donde juega su papel el tiempo. La propuesta, sin embargo, creo que no tiene debate, es un trabajo tremendo.
Un sacerdote, director de un colegio religioso, se reúne con su agente de seguros para pedirle una nueva póliza que cubra el abuso sexual a menores.
Inspirada en un hecho real ocurrido en la Archidiócesis de Rotterdam, La Visita muestra el grotesco espectáculo de un encarnizado combate entre la moral y la codicia. Los principios éticos de la Iglesia pasan a un segundo plano sometidos por la doctrina implacable del beneficio económico.
La Iglesia perdona nuestros pecados pero ¿quién perdona los pecados de la Iglesia?
La Visita muestra el grotesco espectáculo de un encarnizado combate entre la moral y la codicia. Un sacerdote, director de un colegio religioso, se reúne con su agente de seguros para pedirle una nueva póliza que cubra el abuso sexual a menores. Los principios éticos de la Iglesia pasan a un segundo plano sometidos por la doctrina implacable del beneficio económico. La Iglesia perdona nuestros pecados pero ¿quién perdona los pecados de la Iglesia? Los cimientos de la Iglesia asentados sobre una póliza de seguros que tapa y cubre los abusos sexuales a menores.
Antonio Muñoz de Mesa; es actor, dramaturgo, cantante y presentador. La mayoría de sus trabajos como dramaturgo han estado muy ligados a la compañía Uroc Teatro, como Clown Quijote de la Mancha, Objetos perdidos, El secreto de Miss Mundo, El Niño Colchón o Cyrano de Nueva Orelans. También ha realizado el texto y las canciones de Romeo y Julieta, producidas por el Teatro Español y dirigidas por Olga Margallo; texto y canciones de Otro Gran Teatro del Mundo, producida por la Compañía Nacional de Teatro Clásico; o el texto de La Mala Memoria, una producción de Juanjo Seoane. En la mayoría de estas producciones teatrales ha ejercido, además, como actor, carrera que también ha desarrollado en series de televisión, como Frágiles o La pecera de Eva, y en el cine, con películas dirigidas y producidas por él como En defensa propia o Moda infantil. Entre sus múltiples premios se encuentra el Max al Mejor Espectáculo Infantil en 2004 por Qué es la vida. En 2011, su montaje Torrijas de Cerdo estuvo nominado al Max al Mejor Espectáculo Musical. También corrió de su cuenta el guión y la dirección artística de la gala de la XV edición de los Premios Max.
Iván Villanueva; Ha participado como actor en casi 20 montajes teatrales, entre los que destacan las producciones de Uroc Teatro Otro gran teatro del mundo, Cyrano de Nueva Orleans, Objetos perdidos, Clown Quijote de la Mancha, El retablo de las maravillas y Familia Solfa. Su carrera sobre las tablas se inició en 1995 con la obra La cuadratura del círculo, a la que han seguido otros espectáculos como El aborto estable de la B, Rol, Internautas, Los tres mosqueteros: buscando a Dartañán, La eterna canción, Romeo y Julieta, Bang, bang!!!, La verdadera historia de los hermanos Marx, Una comedia americana y Estreno de una artista. Durante los años 2011-2012, ha sido uno de los actores de la serie de humor Vaya Semanita, pero también ha aparecido en otras series de éxito como Hermanos y detectives, La que se avecina o Escenas de matrimonio. En la gran pantalla destacan sus interpretaciones en las películas El síndrome de Svensson y Amigos de Jesús, esta última dirigida como La Visita por Antonio Muñoz de Mesa.
Rosa Mariscal; ha trabajado en cine en títulos como Viaje a Surtsey (Javier Asenjo), Amor, Curiosidad, Prozac y Dudas (Miguel Santesmases) obteniendo por su papel la mención a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cine de Málaga en 2001 y en Cuando vuelvas a mi lado (Gracia Querejeta) papel con el que obtuvo la mención especial a la interpretación en el Festival de Cine de San Sebastián. En Televisión ha trabajado en series como Herederos, Demonio, La Pecera de Eva, Siete Vidas, Periodistas o Hospital Central serie con la que consiguió el Premio a la mejor actriz en el Festival de Cine de Palma de Mallorca. En Teatro destacan sus trabajos en Cuando era Pequeña bajo la dirección de Tamzin Townsend, Rondo para dos mujeres y dos hombres con dirección de Paco Vidal, Una bala perdida dirigida por Gonzalo Baz, Los Pelopidas dirigida por Ramón Ballesteros, Yerma y Poeta en Nueva York dirigidas por J. Carlos González o Todos eran mis hijos dirigida por Ángel García Moreno.