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De la Plaza del Trigo a la Ribera del Duero, un jueves clásico estrena Sonorama 2013 - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

En Aranda de Duero, arrancó con pie derecho el festival indie más genuino y personal del panorama nacional. En el que se dan cita el ayer, el hoy y el mañana del panorama musical autóctono. Podríamos decir que todo comenzó el jueves 15, pues es el primero de los tres días grandes que componen el festival. Sin embargo estaríamos faltando a la verdad, de forma oficial el pistoletazo de salida lo marca Lorena Álvarez y su Banda Municipal el miércoles 14, en el recinto del camping, fuera de cartel, la organización nos tenía reservada la primera sorpresa. En plena noche, hacia las doce y media de la madrugada apareció Izal en el escenario Carson, un original regalo para los habitantes del camping que pusieron sonido nocturno al colorido carnavalesco de la fiesta de disfraces que se celebraba en ese momento.

De la Plaza del Trigo a la Ribera del Duero, un jueves clásico estrena Sonorama 2013

El lleno en los escenarios promete récord de asistencia este año según la organización

Sonorama Ribera16 - 2013
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Sonorama Ribera16 - 2013

Julian P. Campesino vocal y guitarrista de Autumn Comets durante su actuación en el Festival
Foto: Raúl Martínez

Sonorama Ribera16 - 2013
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Sonorama Ribera16 - 2013

Loquillo durante su actuación en el Festival
Foto: Raúl Martínez

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Más información: Sonorama-Aranda

Ramami – La República Cultural

En Aranda de Duero, arrancó con pie derecho el festival indie más genuino y personal del panorama nacional. En el que se dan cita el ayer, el hoy y el mañana del panorama musical autóctono.

Podríamos decir que todo comenzó el jueves 15, pues es el primero de los tres días grandes que componen el festival. Sin embargo estaríamos faltando a la verdad, de forma oficial el pistoletazo de salida lo marca Lorena Álvarez y su Banda Municipal el miércoles 14, en el recinto del camping, fuera de cartel, la organización nos tenía reservada la primera sorpresa. En plena noche, hacia las doce y media de la madrugada apareció Izal en el escenario Carson, un original regalo para los habitantes del camping que pusieron sonido nocturno al colorido carnavalesco de la fiesta de disfraces que se celebraba en ese momento.

A la mañana siguiente, ya desde primera hora, hacia las doce, la emblemática y carismática Plaza del Trigo nos dio tres pinceladas que anticipaban la altísima calidad de música que los “sonorámicos” iban a poder disfrutar a lo largo de la dilatada jornada y por extensión nos confirmaban las mejores expectativas que durante los meses previos nos habíamos ansiosamente creado para disfrutar de todo este evento.

Desde que grupos como Vestusta Morla, Russian Red, Supersubmarina, Fuel Fandango y otros muchos, se hayan consagrado después de pasar por este escenario, la Plaza del Trigo se ha convertido en un talismán por el que muchas bandas “matan” por hacerse un hueco a esas horas de la mañana, con la esperanza de oír corear a los presentes la ya famosa frase de “¡¡escenario principal!, ¡¡escenario principal!!”, que les confirma como triunfadores del Sonorama. El año pasado Xoel López desde ese pedestal comentó: “lo que mola es tocar en la plaza y lo que tendríais que cantar, en el escenario principal, es: ¡a la Plaza del Trigo, a la Plaza del Trigo!” (sin embargo, en esta edición a él le toca “sufrir” el escenario principal). Y es que esta plaza tiene un “algo” especial. Muchos piensan que en esta plaza cualquiera suena bien. ¡Mentira! La magia la crea la cercanía, el buen rollo, lo acogedor del lugar, la desahogada estrechez del espacio, la predisposición del público por disfrutar. Todo eso hace que la calidad del grupo se dimensione mucho más, pero si no hay calidad… “quod natura non dat, la Plaza non presta”. Este año se prevé una lucha encarnizada para alzarse con los honores de la aceptación popular. Los elegidos son de una altísima calidad por lo que sin ser ningún adivino excepcional intuyo que habrá más de un José Tomás por día que se irá de la plaza saliendo por la puerta grande y con el orgullo del triunfo en las entrañas.

Girondines, fueron los encargados de romper el hielo. Un grupo autóctono de la villa arandina, sobre los que recaía la responsabilidad, no solo de ser los primeros en esta edición de tocar en este mítico escenario, sino de lanzar las primeras notas de este magnífico acontecimiento. Bajo esta presumible presión los chicos de Girondines salvaron los muebles con una nota más que respetable, les faltan tablas pero estuvieron muy bien. ¡Enhorabuena, chicos!

El número dos del turno lo tenía Full, un tren de largo recorrido, que canta en castellano, y encima con cosas que decir. Cuatro sevillanos que darán mucho que hablar y para mí una de las grandes revelaciones de este año en el Sonorama a pesar de que llevan dando guerra dos años y este no es su primer festival. Con canciones compensadísimas, letras muy trabajadas, ritmos pegadizos, la voz tan peculiar de Javi Valencia llena de matices, que en ocasiones me recuerda a Chino (Supersubmarina) y unas melodías que embaucan. Se nota que “no pierden el respeto a la música”. Tenían todo para hacer vibrar la Plaza y la plaza respondió como se merecían. Me faltaba saber como sonaban en directo y desde el primer momento se me fueron las dudas. ¡Magníficos!. Con canciones como Distintos, Otra vez, por supuesto, Atraco para rematar con Quienes somos realmente. La concurrencia se quedó más que satisfecha, con ganas de más pero aquí el tiempo es limitado. Lo breve si bueno… Aunque tuvieron un pequeño fallo desde la mesa de sonido, supieron salir del paso airosamente. Seguro que este fue uno de esos conciertos a los que se refieren ellos mismo en los que al terminar solo les quedan ganas de comerse el mundo. Estoy seguro de que les volveremos a ver en próximas ediciones.

El ambiente ya estaba a tope y solo era el segundo grupo, ¡uff! esto prometía. Y no era para menos.

El relevo venía a recogerlo la mano de Pasajero. Grupo madrileño liderado por Daniel Arias (voz y bajo) que nos deleitó con temas de su álbum Radiografías. Ellos vienen apadrinados por otros veteranos de este escenario como Jorge González (Vetusta Morla) o Javier Couceiro y Manuel Cabezalí (Havalina). Comienzan con Perdóname, suaves al principio para terminar con la potente subida de tensión. Me recuerda a ese fantástico y contundente inicio que Vetusta Morla hacía de sus conciertos con Los días raros. Como diciendo ¡eh, que estamos aquí! y si alguno andaba despistado…ya no lo está. Eso es saber captar la atención. Lo complicado ahora es mantenerla. Pero estos chicos lo tienen todo calculado. Cuentan con temas lo suficientemente potentes como para que la intensidad no decaiga ni un ápice. Regalaron Subterránea, tema inédito y que seguramente forme parte de su siguiente disco. Como penúltimo tema, para preparar el colofón final, eligen Borro mi nombre. Saben calentar el ambiente y cuando ya lo tienen a punto dan salida, para finalizar, con un caballo ganador que dará la puntilla; Autoconversación, tema con el que de sobra sabían que reventarían la plaza ya que contaron con una percusión de lujo, Javier Couceiro y Jorge González, consiguiendo dar un remate final apoteósico, ahora sí, al más puro estilo Vetusta.

Si miramos bien el cartel, el jueves era el día que, más se dedicaba a recordar y a poner en su sitio la música del pasado pero para nada pasada de moda. En los escenarios tendríamos la ocasión de ver a Jaime Urrutia, Loquillo o Belle And Sebastían. Pero no adelantemos acontecimientos.

Los encargados de iniciar el camino dentro del recinto fueron los catalanes de Egon Soda. Ricky Falkner, fiel a su estilo, a pesar de ser las siete de la tarde con su correspondiente calor y aunque esta vez no salió con americana, sí lo hizo con camisa negra y de manga larga, todo un valiente. Supongo que después de la que aguantó en El día de la Música en el Matadero de Madrid, esto le parecería pan comido. Tras publicar un pedazo de disco como El hambre, el enfado y la respuesta. El difícil segundo disco de Egon Soda, seguramente se merecían un horario más tardío posibilitando que un número mayor de asistentes hubiera disfrutado de temazos como Un mundo de zurdos, Vals de pequeña mecánica, Nocturno del sarmiento o Papel pintado y habría habido más voces para corear Nueva internacional. Sin embargo salieron con un poco de retraso y no debieron calcular bien la duración de su setlist porque llegado el momento tuvieron que pedir disculpas ya que les cortaron el sonido por excederse en su tiempo. Parece duro, pero hay muchos grupos y la puntualidad debe respetarse lo máximo posible.

Sobre ese mismo escenario tocarían más tarde los alocados y divertidos Tiki Phantoms. Un concierto muy recomendable y que hicimos bien los que no nos lo perdimos, porque con su temas instrumentales consiguen que en sus actuaciones no tenga cabida la palabra aburrimiento y es imposible que no te hagan pasar un buen rato. Se desconocen sus nombres, salen enmascarados y se hacen llamar El Beat, El Bravo, El Caníbal y El Kahuna, pero tras esa parafernalia escénica hay unos músicos increíbles y así lo demostraron el pasado jueves.

A las nueve en punto aparecía el primer peso pesado del pasado. Jaime Urrutía. Este es el primer macrofestival en el que ha participado en su larga carrera profesional. Hacía poco tiempo que había visitado tierras arandinas pero en plan más acústico y no debió quedar muy desencantado cuando repite en tan poquito tiempo. Esta era una oportunidad para darse más a conocer a gente más joven que sus incondicionales seguidores. Para demostrar que la clase, el que la atesora, no la pierde nunca y manifestar que los años pasan para dar más experiencia y ésta incrementa tablas, seguridad, tranquilidad y sobre todo calidad. Aprovechó muy bien los cincuenta minutos de los que disponía. Por supuesto tocó éxitos de su carrera en solitario como ¿Dónde estás? Sin olvidarse de los más clásicos de su época de Gabinete, como ¡Qué barbaridad!, La Suite Nupcial o Camino a Soria.

El escenario Castilla y León se llenó, en la oscuridad de la noche y con poca iluminación, de Los Evangelistas. Ellos sólo tocaron dos canciones preámbulo de la luz que se haría con la aparición de Soleá Morente, que a pesar de su diminuta figura, llena plenamente el escenario. Llegan con la propuesta más intimista de la noche y aunque en algún momento hay acoples de sonido, podemos disfrutar la voz de Soleá en temas tan armónicos como No solo yo, Dormidos o La sangre de mi corazón.

Por fin llegaban las diez y media de la noche. Momento de dar paso al cabeza de cartel internacional del día, Belle & Sebastian. Algunos se han quejado de la escasez de internacionales y del “nombre” relativo que tienen en la actualidad los invitados a esta decimosexta edición. Hay que recordar que Sonorama tiene como principal objetivo impulsar a los grupos nacionales. Otra cosa es lo que nos gustaría a cada uno. También es cierto que en estos momentos los internacionales que han acudido al festival no son número uno en las listas mundiales pero ese tampoco es el objetivo de este evento. La organización se muestra más que orgullosa de haber conseguido traer a grupos del calibre de los que han asistido este año, y no es para menos. Estos escoceses de Glasgow llevan en la brecha desde 1996 y alguna razón de peso debe haber para mantenerse en ella diecisiete años. Y por si a alguien le quedaba alguna duda, ellos solitos se bastaron para disiparlas. Judy is a dick slap fue la encargada de abrir su concierto, una instrumental que creaba más dudas a los detractores pero en realidad una elección magnífica. Daban tiempo al público a cambiar de escenario y colocarse en la mejor ubicación para disfrutar de un animado espectáculo. Pronto la simpatía del grupo se extendió por todo el recinto y en seguida la comunión de artistas y público fue total. Muchos momentos para resaltar como los de If you’re feeling sinister, The boy with the arab strap o Legal man, algunas de sus mejores canciones de su época. Para despedir su actuación llegaron Get me away from here I’m dying y The blues are still blue. Por supuesto no podría faltar el momento de llenar el escenario de bailarines improvisados del público. Habían empezado bien y lo remataron mucho mejor. Ahora que alguien diga que Belle & Sebastian no han sido una gran elección.

Llegaba el momento de uno de los dilemas del día. Llegaba el instante de elegir entre ir a ver a Mucho o ver a Autumn Comets que actuaban en la carpa de Future Star. Desde que oí por primera vez I can´t solve your problems anymore estaba queriendo ver a los madrileños de Autumn Comets y fue una enorme decepción para mí constatar, al ver la distribución de horarios del cartel, que no actuaban en ninguno de los dos escenarios principales. Supongo que es cuestión de gustos y preferencias personales, pero estos de “future star” tienen poco pues son más que una evidente realidad o eso pensaba. Era la primera vez que tenía oportunidad de verlos y no iba a desaprovecharla. Un escenario con menos medios, con peor calidad de sonido, con pocas posibilidades y menos ambientado no te crea unas esperanzas muy halagüeñas. Todo parecía estar en su contra. La potencia de sus temas pide más calidad de medios. Quizás salieron un poco fríos, el entorno no animaba a más. Enseguida se imbuyeron en su propia música y solo había que dejarse llevar por sus melodías, toques de folk, compases sintetizados, violines, suaves tonos de voz, guitarras rasgadas, modulación intimista, una clara invitación a dejarse llevar, a dejarse enredar entre violines, teclados, percusiones que de repente te sacan de un estado de flotación para llevarte a otro de vibración. O eso creía mi imaginación que deseaba y pedía más de lo que estaba recibiendo de la realidad. El sonido fue pobre pero ellos tampoco ayudaron mucho a romper el maleficio. Dan demasiadas veces la espalda al público, agachan la cabeza, cierran los ojos. Comenzaron con Baltimore continuaron con Fuck bird, this is for everything, o Snake at 3:00AM entre otras. Pero la sorpresa llegó al ver que no tocaban I can´t solve your problems anymore. No daba crédito, como muchos de los presentes, pero así era. Una canción perfecta que desde su aparente simplicidad te lleva a lo más sublime y no la incluían en su setlist. Aunque bien pensado casi mejor porque así la mantengo en mi mente en su formato original. En definitiva, entre el mal sonido y la ausencia de mi favorita salí con una pequeña decepción personal que aún mantengo.

De allí había que salir corriendo porque empezaba Loquillo y Amigos. El otro gran triunfador de la noche, sino el que más, con permiso de Belle & Sebastian. No cambia. Hace lo que ha hecho siempre pero con una elegancia y una clase que sólo él sabe explotar. Va sobrado de chulería. Sus poses, sus movimientos, su negro impositivo, llenan de carisma el escenario y le garantizan la atracción fatal del público que se entrega sin escrúpulos. El sonido impecable, la ambientación intachable, la predisposición plena. La excusa de su gira viene marcada por el aniversario del disco que se editó hace treinta años El Ritmo del Garaje. El recorrido por su discografía es inevitable. Pero para el final, y para rodearse de amigos, como Daniel Raemon, Maga, Señor Chinarro y como no, aquél con el que ha compartido los momentos más importantes de carrera, Sabino Méndez. Con ellos tocó Barcelona ciudad, Pégate a mi, Rock and roll star, Cadillac solitario para cerrar el concierto con El ritmo del garaje. Demostró estar en plenísima forma y para él parecen no pasar los años ni las modas.

Aún quedaba mucha noche pero había que reservar fuerzas para los días venideros. El día había sido intenso y prolongado. Era el momento de recoger e ir pensando que al día siguiente nos esperaban bandas como Tuya, Jack Nnife, Cyan, León Benavente, Jero Romero, The Corner, Travis, Lori Meyers, Miss Cafeina, Dorian…otro lujo de día.

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