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ISSN 2174 - 4092

Martutene, de Ramon Saizarbitoria - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

“Quizá la necesidad de escribir no sea más que un síntoma de su infelicidad. Puede que escriba porque no es feliz o para saber por qué no lo es, y si lo fuera no necesitaría hacerlo. También suele pensar que si fuera feliz, libre de la neurosis que le constriñe, podría dar rienda suelta a su imaginación, disfrutar contando historias emocionantes y divertidas. Podría hacerlo; ha demostrado que es capaz”. Puede parecer muy aventurado pero esas frases y ese estilo que destilan dicen mucho más de la novela de lo que yo pueda hacer en esta reseña. En esas frases, se habla de renuncia, de intimidad y también de una manera muy concreta de ver el mundo literario, es mucho decir o ¿estamos exagerando?

Martutene, de Ramon Saizarbitoria

Martutene
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Martutene

Portada de la novela de Ramon Saizarbitoria

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Portada de la novela de Ramon Saizarbitoria

DATOS RELACIONADOS

Título: Martutene
Autor: Ramon Saizarbitoria
Editorial: Erein (2013)
Páginas: 758
ISBN: 978-84-9746-826-8

Sergio Torrijos _ La República Cultural

Quizá la necesidad de escribir no sea más que un síntoma de su infelicidad. Puede que escriba porque no es feliz o para saber por qué no lo es, y si lo fuera no necesitaría hacerlo. También suele pensar que si fuera feliz, libre de la neurosis que le constriñe, podría dar rienda suelta a su imaginación, disfrutar contando historias emocionantes y divertidas. Podría hacerlo; ha demostrado que es capaz”.

Puede parecer muy aventurado pero esas frases y ese estilo que destilan dicen mucho más de la novela de lo que yo pueda hacer en esta reseña. En esas frases, se habla de renuncia, de intimidad y también de una manera muy concreta de ver el mundo literario, es mucho decir o ¿estamos exagerando?

La novela no el barrio, se construye con los cimientos de la novela europea del siglo pasado, en especial es relevante la influencia de Max Fristch pero también habría que sumarle algunos más, desde Boll a Canetti pasando por Mann o el propio Kafka y no dejando de lado a los suizos como era el propio Fristch o Walser o Musil, es decir, la novela se nutre de la gran intelectualidad europea, me dejo mucho en la recámara pero es imposible ni siquiera hacer una introducción sin sumar demasiadas líneas a esta reseña. Hablando de suizos, si quitáramos nombres de personas y de lugares y dejáramos sólo la acción bien podría pasar esta por una novela de ese país. Sus personajes son sumamente cerebrales, demasiado, por momentos exasperantes, tan europeos o mejor dicho tan centroeuropeos que parecen casi kafkianos, la cita está especialmente pensada al citarlo anteriormente.

Saizarbitoria no sólo nos narra una historia con detalle sino que de paso nos muestra el retrato de una sociedad y sus avatares. Ahí, en ese nicho muy concreto, en el país Vasco hiende su entendimiento en la comprensión de lo que es actualmente la sociedad vasca y no es precisamente condescendiente, es muy serio lo que plantea el autor, una sociedad moralmente derruida, entre el miedo a los violentos, el jaleo a ellos y la sensación, asfixiante, de que no existen términos medios y que es un conmigo o contra mí que masacra cualquier posibilidad de juicio independiente. Sirva como ejemplo el párrafo, aunque largo muy acertado, del propio autor:

Se hizo del PSOE tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Julio y él militaron juntos en Euskadiko Ezkerra, por lo que se solían ver con cierta frecuencia y, por lo que recuerda, la tarde en que le confesó esa toma de decisión fue la única vez en que le ha visto realmente serio. Desde entonces, siempre le ha dado la impresión de estar dispuesto a asumir su decisión hasta las últimas consecuencias, como quien se sabe en la obligación de pagar una deuda sin un gesto de reproche para quienes, indiferentes, comprensivos, compasivos, despectivos, despechados, se mantenían en la otra orilla. Nunca ha dado muestras de que se sintiera moralmente superior a quienes justificaban la violencia y nunca ha insinuado que a nadie le fuera exigible dar el paso que él había dado. Al revés, siempre ha sido tremendamente comprensivo y tolerante, sospechosamente incluso, con quienes tendrían que ser sus enemigos. Parecía entender y aceptar que se le despreciara, que le considerasen un traidor; quizá incluso, en alguna medida, él mismo creía serlo. Culpable y traidor por el hecho de ser víctima”. Si esto es lo que se ha construido tras décadas de terrorismo o de lucha armada el camino no es muy halagüeño o al menos, humildemente, no me lo parece.

Estos temas merecen su reflexión porque el autor lo hace con valentía y con un sentido muy elevado de la dignidad, lo cual es todo un logro contando en el rincón del mundo en el que estamos, y sin posibles paños calientes, el análisis por muy doloroso que sea es preciso, es la verdad y a partir de asumirla un mundo de posibilidades se abrirá ante nosotros.

La reflexión sobre la sociedad y la novela o la literatura tiene mucha más miga de lo que pudiera parecer en un primer momento, sin duda la novela se basa en el estereotipo de la novela burguesa, aunque moderna, saltándose un desarrollo más habitual pero las bases de la novela tradicional están en Martutene lo cual nos llevaría a pensar sobre el fin o no de la novela y lo que es más complicado la persistencia de la literatura y su aportación al arte. Un tipo de arte que se convierte en más elitista y esa senda sería muy discutible o al menos es mi criterio.

La obra consta de momentos muy buenos, tremendamente humanos y muy íntimos pero adolece de cierta lentitud en su desarrollo, alargándose en demasía y consiguiendo que los puntos fuertes, como la fusión entre realidad y ficción, se diluyan en demasía. Lo mencionado anteriormente probablemente sea uno de los principales alicientes de la obra, la ficción que influye en la realidad y de la que bebe la propia literatura es vista de manera conceptual y plasmada con sapiencia por el autor, por momentos se llega a dudar de si la realidad y la ficción tienen separaciones o todo es uno o la propia ficción emerge de una realidad desdibujada. El personaje Martín que ejerce de novelista será con seguridad el personaje más atrayente, pese a ser un secundario, pero su fuerza y honestidad pululan por buena parte de la narración. Reflejar en el escritor Martín al propio escritor o al citado Fristch o al hacedor de ficciones extraídas de una realidad y que desaguan en otra y que ese hilo, débil pero irrompible sea la propia ligazón de toda la novela me parece un auténtico lujo literario, lo que demuestra que la obra no sólo ha sido pensada como concepto sino como engranaje complejo.

Una novela compleja, que no sólo pretende dejarnos un pensamiento sino un mayor trasfondo, es por ello calificada de novela íntima, el autor ha dejado mucho en ella, se percibe que tiene mucho de personal aunque toda obra tiene mucho aporte por su parte. Tiene un trabajo inmenso y que nos permite navegar por un proceloso y convulso mar sin llegar a perdernos, siendo guiados por mano sabia por el autor. Me hubiera gustado mucho más que la mezcla de ficción y realidad se hubiera decantado por la primera, creo que existe mucho mayor margen literario, más aún los momentos dedicados a la pura ficción han sido una delicia. La obra merece nuestra recomendación aunque no es una obra para todos los públicos, la novela elegirá y cribará a sus propios lectores.

La labor del autor no sólo le colocan en un primer lugar de la narrativa en euskera, la novela está escrita originariamente en esa lengua, sino que le colocan más allá en la literatura en general o al menos lo conseguiría si la obra consigue una amplia difusión. Merece la pena la lectura, no se arredren por el tamaño y un consejo, disfrútenla con calma.

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