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Cien años de perdón, de Claudio Cerdán - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Leer a Claudio Cerdán… buff… toda una aventura por ahora no peligrosa. Fui uno de los afortunados que disfrutó de El país de los ciegos y por eso no lo dudé, al poco de enterarme del lanzamiento de la nueva obra me propuse hacerme con un ejemplar de ella y lo cierto, vaya por delante, la novela no decepciona, es Cerdán elevado al cubo o lo que es lo mismo el intento de crear una nueva forma de ver la literatura.

Cien años de perdón, de Claudio Cerdán

Literatura para adultos, con prosa bestia y con una trama despiadada

Cien años de perdón
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Cien años de perdón

Portada de la novela de Claudio Cerdán

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Cien años de perdón

Portada de la novela de Claudio Cerdán

DATOS RELACIONADOS

Título: Cien años de perdón
Autor: Claudio Cerdán
Editorial: Versátil (2013)
Páginas: 354
ISBN: 978-84-92929-91-7

Sergio Torrijos – La República Cultural

Leer a Claudio Cerdán… buff… toda una aventura por ahora no peligrosa. Fui uno de los afortunados que disfrutó de El país de los ciegos y por eso no lo dudé, al poco de enterarme del lanzamiento de la nueva obra me propuse hacerme con un ejemplar de ella y lo cierto, vaya por delante, la novela no decepciona, es Cerdán elevado al cubo o lo que es lo mismo el intento de crear una nueva forma de ver la literatura.

Los primigenios lectores del autor nos planteábamos si era posible meter más caña, más crudeza o más bestialidad en la novela sin que llegara a espantar, pues la respuesta viene dada en este libro, es posible, mucha más sin que por ello la narración pierda interés o fuelle. Los comienzos del libro son tremendos, las primeras cincuenta páginas tienen la dulzura de una escultura sobre piedra y la sinfonía de un buril arañando cristal, incluso por momentos tuve que tomar una pausa para distanciarme porque me sobrepasaba y quién escribe no es medroso ni muchos menos, pero lo que nos somete Cerdán es a un bombardeo por saturación. Cierto es que a partir de un límite cede un poco la intensidad o bien, como por ensalmo, nos hacemos a la prosa machacona y sin piedad y a ese universo bizarro, aguerrido y agresivo que es el Alicante del autor.

La obra trata sobre policías en este caso “Mierda de Perro” alias Antonio Ramos, un tipo que despierta odios o ascos aparte de su trabajo cuya concepción es diáfana, como se puede apreciar en el párrafo siguiente: “No es necesario enseñar una placa que ya no tengo. A un policía se le reconoce por la forma de andar, de mirar, de joderte. Y este inmigrante está pensando si tiene los papeles en regla o va a tener que arrodillarse para suplicar. Un corderito con piel de imbécil”.

La novela trata sobre policías y aunque lleven uniforme son supervivientes de un mundo cruel y que ellos se empeñan en que sea aún más cruel: “¿Qué soy? Un policía sin empleo, un imbécil sin nada que hacer. Despojado de lo único que daba sentido a mi vida, el pasado en la memoria y el futuro en el olvido. La placa era mi identidad, y ahora solo soy un ser humano”.

Con estos policías y la suma de la corrupción ya tenemos el cuadro planteado, delincuentes que trabajan, laboran o incluso hacen de policías y policías que hacen las mismas labores, una línea que ya no es difusa sino que simplemente no existe a no ser que ocurra un cataclismo. Cosa que le ocurre al protagonista, “Mierda de perro”, y su empeño en conseguir dinero, el título de la novela ya dice mucho de cual es su idea de conseguirlo. La persecución del dinero se mezcla con dos casos de homicidio, un chapero y una bella muchacha.

La novela no sólo funciona bien sino que por momentos te introduce en ella por el método de la patada, es decir a lo bruto, sin piedad de ningún tipo, ello habla de la buena labor del autor ya que una vez entras en la trama, bastante retorcida, la atención se ve atrapada y no puedes dejar de seguir adelante. Aderezado con el estilo de Cerdán, una prosa cortante, hiriente, rasposa, aunque mejor es poner un gráfico ejemplo: “- Sois todos unos hijos de la gran puta –le dice a un compañero con voz gangosa-. Tú…..la palabra “hijoputa” se inventó para ti. –Arrastra las sílabas mientras la gente le ríe las gracias. Un día apareció por la zona. Le detuvimos cientos de veces, casi todas por escándalo público, y ahora ha degenerado a demente, un trompa de casta meritando a cirrosis, todo un ejemplo para las nuevas generaciones. Le llamamos el Profeta porque asegura ser capaz de adivinar el futuro”.

El listón para el autor estaba muy alto. Fue todo un pelotazo El país de los ciegos pero creo que la orientación que representa esta novela no es mala, es más dura, más radical y se percibe, con meridiana claridad, la deriva del estilo y de la manera de entender la literatura del autor, ciertamente muy interesante.

Ahora mismo no hay autor de novela negra que tenga esta pulsión y me refiero a un territorio más allá de nuestras fronteras. La negrura de Andreú Martín, de Juan Madrid o, incluso, de José Luís Muñoz se ha visto superada por Cerdán a quién le noto mucho más cercano a otro de los grandes prebostes de nuestra novela negra nacional, Julián Ibáñez, cuya representación bruta y bizarra me suena mucho entre las páginas de la obra, aunque el camino del alicantino es una vía diferente. Noto además que el autor está explorando este campo sin tener muy claro a dónde se puede llegar, lo cual, me agrada muchísimo porque la buena literatura tiene mucho de experimentación, le animaría a seguir en esa senda.

Para los lectores les recomiendo la obra. Tienen que darle un poco de paciencia y seguro que les reconfortará. Es toda una experiencia, no hay descanso ni piedad. La novela es animal carnívoro, nada de las obras algodonosas con la que nos suelen bombardear, esto es literatura para adultos, con prosa bestia y con una trama despiadada. Una obra que será importante de cara al futuro.

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