Manuel López - La República Cultural
Todos sabemos lo complicado que es la organización de festivales musicales, pero la creación de estos en períodos fríos complica las cosas. No podemos negar que un festival se nutre de música y (debería) de buen tiempo, ya que a diferencia de los conciertos en sala, se trata de conseguir llevar a un mismo sitio al aire libre (como norma general) a la mayor parte de gente. Es la forma en que los organizadores consiguen dinero y pueden traer a grandes bandas, por ello un festival en otoño o invierno resulta prácticamente inviable en nuestro país… a menos que se apoye en salas cerradas.
Muchos lo han intentado y este 2013 los organizadores del Primavera Sound han dado una nueva vuelta de tuerca al concepto, llevando sus conciertos por 12 ciudades de toda la geografía nacional y extranjera. Así Barcelona, Bilbao, Burdeos, Gijón, Londres, Madrid, Santander, Santiago de Compostela, Valencia, Valladolid y Zaragoza fueron las ciudades elegidas para un gran plantel de grupos que tocarían a modo de festival (desde por la mañana hasta la noche) en diferentes salas. Un evento itinerante y unos asistentes itinerantes.
Por desgracia la organización que puso toda la carne en el asador no pudo, al menos en Madrid, conseguir sus objetivos. La razón: el escaso público asistente a pesar de la buena configuración de salas, de la perfecta elección de grupos y del precio. Un tirón de orejas para los fans al menos de la capital (reitero, al menos, porque espero que en el resto de ciudades las salas no estuvieran tan vacías como en esta), lo cual sorprende porque aparentemente a medida que desciende la oferta musical parece disminuir el interés.
Si hablamos de grupos empezamos con Extraperlo, una de las apuestas del evento que llegaron algo tarde y sin un miembro de la banda por motivos familiares. Éstos nos ofertaron un concierto corto pero aceptable que continuarían The Free Fall Band y su pop simple y tranquilo. Ambas bandas dieron lo que pudieron para el escaso público que acabamos gozando de una versión de New Order a manos de éstos últimos.
La tarde comenzaba pronto en La Riviera y tocaba comer y moverse, poquísimo ambiente para PAUS, Refree y Lee Ranaldo y Los Dust. Teniendo en cuenta una mala organización o información, ya que poca gente se enteró del cambio de hora de los primeros (30 minutos antes), llegamos tarde y mal, ¿había 50 en la sala? Una pena que Refree no iba a poder subsanar, pero para ello contamos con Lee Ranaldo. Una excelente y rápida actuación a pesar del estiramiento en exceso de los temas, para eso se es un virtuoso.
El plato fuerte de la noche era Standstill que venían a presentarnos su último CD bajo el escenario de Cénit, pero se apiadaron de los asistentes y nos dieron algo de Cénit (sí) pero mucho de viejos temas clásicos. Lograron poner el listón a su altura habitual para los pocos seguidores concentrados (¿por qué ninguna sala se medio llenaba ese día?) que gritaron, corearon y bailaron extasiados dentro de la luz.
La noche termino en la Sala But con Headbirds, DJ Coco Ocho y Medio y Súper Ocho y Medio, sesiones para acabar una noche que esperemos se repita si el público quiere.
Por cierto, ya tenemos informaciones del Primavera Sound 2014 y es que en ambas sedes (Barcelona y Oporto) han confirmado a The Pixies. ¡Impresionante para empezar!