Manuel López – La República Cultural
Tras un primer tomo del que hablamos ya hace tiempo (El negocio de los negocios I: El dinero invisible, de Denis Robert) ahora nos adentramos en esta segunda parte donde el periodista Denis Robert vuelve a relatarnos su vida y sus investigaciones. Un nuevo libro donde deja un poco de lado los tejemanejes políticos para centrarse en temas económicos, la razón: la crisis financiera iniciada en el 2008.
Acusado por los políticos franceses, tras las publicaciones a las que hacía mención su anterior obra y que trataban de poner de manifiesto la corrupción imperante en el país galo, el periodista tiene que dejar de lado estos temas en espera de las resoluciones judiciales y toma como guía dos acontecimientos que suceden ese año: el inicio de la crisis con la detención de Madoff y la convocatoria a juicio del propio Robert por el “Caso Clearstream”.
De hecho, es en base a este último tema sobre lo que versa todo el libro. Clearstream y el “clearing”. ¿Que qué hay detrás de esa palabra? Un concepto económico que surge del sistema capitalista y de la fabricación implícita de dinero no respaldada de actividades comerciales por parte de las empresas.
Podemos decir que el “clearing” es el procedimiento por el cual los Bancos intercambian los valores recibidos en sus sedes y que deben ser abonados por otra entidad diferente al que ha recibido el valor. En el “clearing” los bancos se intercambian los cheques que tienen que cobrar y los que tienen a pagar, cancelando entre ellos con dinero el saldo resultante.
Pero, ¿y si se realiza la transacción pero no hay un traslado real de dinero? ¿Y si se permite participar en estas empresas no sólo a bancos sino a empresas privadas y particulares? ¿Y si pueden realizarse movimientos anónimos?
Un entramado de limpieza de capitales clave para determinadas industrial que operan al margen de la legalidad a lo que se une una capacidad implícita para sobornar políticos. Todo ello maravillosamente expuesto por Robert y dibujado por Laurent Astier que demuestran cómo una novela gráfica, un cómic, puede acercar estos complejos conceptos económicos al público general para hacerlos más atractivos y que la gente conozca las triquiñuelas del sistema.
Esperemos que Denis Robert pueda seguir trabajando muchos años más.