Lur Sotuela - La República Cultural
La rebelión del general Franco y sus cómplices militares y civiles contra el Gobierno republicano legal y legítimamente constituido llevó aparejada una deliberada represión basada en el terror y en la crueldad más expeditiva. En la retaguardia, todo aquel que de una forma u otra se había significado por su apoyo o defensa de la República fue una víctima potencial de la represión. En las zonas aledañas a los frentes de batalla, la situación fue aún peor, sobre todo al ir perdiendo territorio las tropas republicanas. Una vez tomada una localidad, las tropas rebeldes se dedicaban a la caza y captura de combatientes y simpatizantes republicanos, unas veces para juzgarlos, y otras simplemente para asesinarlos.
La represión es un pozo sin fondo. Comenzó tímidamente a hablarse de ella tras la muerte de Franco, cuando empezó a salir a la luz lo que todos sabían que había ocurrido pero nadie había podido exteriorizar y parece, en efecto, un pozo de gran profundidad, cuyas aguas nunca cesan de manar.
No es un tema, en todo caso, fácil de tratar. La memoria es selectiva e intenta borrar aquello que no resulta grato recordar. Es también acomodaticia: prefiere obviar lo desagradable, mirar hacia delante y correr un velo de olvido sobre el pasado. Así lo ha puesto de manifiesto la reciente aprobación de la llamada Ley de Memoria Histórica, que no sólo ha reabierto la polémica sobre los aspectos más duros de nuestro pasado reciente sino que ha puesto en cuestión la necesidad de rescatarlos, cuando no su propia existencia.
Este libro se enmarca en el proceso de reconstrucción de esa historia que no se contó, la que confiere al régimen de Franco su carácter de dictadura implacable con el bando perdedor.
Quedémonos con su reflexión final: «Es imposible generar algo nuevo sin repensar lo anterior». Repensemos lo anterior, sin odio y sin rencor, sin miedo tampoco, para generar algo nuevo y, obviamente, mejor.