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ISSN 2174 - 4092

Yonqui, de Paco Gómez Escribano - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Una nueva entrega de la colección Cosecha Roja de Erein que a estas alturas se está convirtiendo en un clásico. De los escritores vascos se pasa a otros como es el caso actual, lo cual, amplia mucho el espectro que cubre la colección. El cambio de escenario es tan brutal como inesperado. De los habituales de Abásolo o de Arretxe se pasa al Madrid de los años ‘80 y en especial a un barrio que se podría definir como peculiar, Canillejas. El glamour del descampado, de la chabola y del campo abonado de jeringuillas. Cucharas, mecheros, papelinas y lo que era Madrid del extrarradio. Otra época, muy reflejada en películas como Perros callejeros y en discos, en la novela lo obvia el autor, como Ni más ni menos de los Chichos. Para ponerse en situación les pido que busquen, ya es complicado, un SEAT 131 o 124, un reproductor de cassettes y un cigarrito…, la música de aquellos años e imagínense una sociedad mucho más bizarra, más cruel, más mísera y también más vital. Eso es lo que nos quiere mostrar el autor, una aventura plagada de sabor de otra época.

Yonqui, de Paco Gómez Escribano

El sello de los barrios del Madrid de los ‘80

Yonqui
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Portada de la novela de Paco Gómez Escribano

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Portada de la novela de Paco Gómez Escribano

DATOS RELACIONADOS

Título: Yonqui
Autor: Paco Gómez Escribano
Editorial: Erein (2014)
Páginas: 299
ISBN: 978-84-9746-891-6

Sergio Torrijos – La República Cultural

Una nueva entrega de la colección Cosecha Roja de Erein que a estas alturas se está convirtiendo en un clásico. De los escritores vascos se pasa a otros como es el caso actual, lo cual, amplia mucho el espectro que cubre la colección. El cambio de escenario es tan brutal como inesperado. De los habituales de Abásolo o de Arretxe se pasa al Madrid de los años ‘80 y en especial a un barrio que se podría definir como peculiar, Canillejas.

El glamour del descampado, de la chabola y del campo abonado de jeringuillas. Cucharas, mecheros, papelinas y lo que era Madrid del extrarradio. Otra época, muy reflejada en películas como Perros callejeros y en discos, en la novela lo obvia el autor, como Ni más ni menos de los Chichos. Para ponerse en situación les pido que busquen, ya es complicado, un SEAT 131 o 124, un reproductor de cassettes y un cigarrito…, la música de aquellos años e imagínense una sociedad mucho más bizarra, más cruel, más mísera y también más vital. Eso es lo que nos quiere mostrar el autor, una aventura plagada de sabor de otra época.

El protagonista, con mote, llamado Botas que con 16 años ya es un prospecto muy interesante para pasar el resto de su vida en la mítica cárcel de Carabanchel. Droga, delincuencia, una vida hecha un cristo y un entorno que empujaba con mucha fuerza hacia la marginalidad. El Botas y varios de sus amigos del barrio, en la misma situación y con los mismos gustos. El resto una sarta de atracos, golpes, drogas y diversión.

Lo que retrata Gómez Escribano no es algo ajeno al común de los habitantes del sur de la capital y que tengan una cierta edad. En mi caso, mi barrio es Vallecas, me parece perfectamente comprensible todo lo que cuenta, es más muy cercano en la memoria, aunque no creo que sea extrapolable a otras ciudades y a otras personas.

El principal defecto de la obra es el hilo narrativo. No es una novela al uso, es una suma de historias que tienen unos protagonistas en común, no existe un desarrollo claro ni un propósito más allá de contar la vida del protagonista. Eso le impide que la obra tenga mayor coherencia, aunque a cambio gana en vistosidad y frescura. Tanta que por momentos he llegado a la carcajada, lo cual y para el tema que se trata tiene muchísimo mérito. En algunos momentos se han repetido, en exceso, ciertos elementos que provocan que la trama pierda hechizo y algo de fuelle.

La obra también tiene algún pequeño fallo, tanto geográfico como de actitudes, aunque claro es muy complicado acertar con todo y la obra tiene mucho, pero que mucho que contar.

Me ha gustado mucho el desparpajo, la seriedad revestida de sonrisa y también el espíritu de la obra, juguetona y vacilona como sólo pueden serlo los chavales de ciertas barriadas. La mención de Burning como alter ego del rock urbano de la época no sólo es un acierto sino que va más allá, es una auténtica reivindicación de unos músicos que lo petaban, para ponernos en situación. He echado de menos a algunos de aquella época, como Topo o a Asfalto, con apenas una única mención, o a tantos y tantos que sería muy largo de contar. Y también la visión de la Movida Madrileña me ha parecido exageradamente sesgada.

Ahora mismo, tras poner por escrito pros y contras no sé porque decantarme. Mi experiencia ha sido grata, me he divertido leyendo la novela y por momentos me ha parecido que gozaba de acierto. Sin duda ha sido una lectura divertida y sumamente entretenida. Léanla y juzguen ustedes. La novela no se parece a nada de lo que circula por ahí, es diferente y ocupa un espacio propio.

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