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Vivir de noche, de Dennis Lehane - LaRepúblicaCultural.es - Revista Digital

Dennis Lehane vuelve a demostrar que es un autor especial. Es capaz de saltar de una trama a otra, de un tipo de personaje a otro y de un entorno a otro. Se podrán decir muchas cosas de él pero que es un buen escritor nadie lo podrá negar, es más, de lo que ahora actualmente circula por EE. UU. es de lo mejorcito y eso es mucho decir. El salto, en esta ocasión, nos lleva a la década de los años ‘20 del siglo pasado, la ley seca, ese período que Hollywood y la literatura han conseguido llenar de mítica. Esos negocios turbios, ese contrabando de algo que ha venido acompañando a la humanidad desde que se conoce y que no es otra cosa que el alcohol. Todos los lectores saben de qué hablo, porque las referencias culturales son abrumadoras. En Europa era el período más loco de la historia y en EE. UU. se bebía a escondidas, es de psiquiátrico, ¿verdad? Pero muy real.

Vivir de noche, de Dennis Lehane

Una buena historia

Vivir de noche
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Vivir de noche

Portada de la novela de Dennis Lehane.

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Vivir de noche

Portada de la novela de Dennis Lehane.

DATOS RELACIONADOS

Título original: Darkness, take my hand
Autor: Dennis Lehane
Traductor: Ramón de España Renedo
Editorial: RBA (2013)
Páginas: 487
ISBN: 978-84-25828-32-7

Sergio Torrijos – La República Cultural

Dennis Lehane vuelve a demostrar que es un autor especial. Es capaz de saltar de una trama a otra, de un tipo de personaje a otro y de un entorno a otro. Se podrán decir muchas cosas de él pero que es un buen escritor nadie lo podrá negar, es más, de lo que ahora actualmente circula por EE. UU. es de lo mejorcito y eso es mucho decir.

El salto, en esta ocasión, nos lleva a la década de los años ‘20 del siglo pasado, la ley seca, ese período que Hollywood y la literatura han conseguido llenar de mítica. Esos negocios turbios, ese contrabando de algo que ha venido acompañando a la humanidad desde que se conoce y que no es otra cosa que el alcohol. Todos los lectores saben de qué hablo, porque las referencias culturales son abrumadoras. En Europa era el período más loco de la historia y en EE. UU. se bebía a escondidas, es de psiquiátrico, ¿verdad? Pero muy real.

Lehane lleva la acción a ese momento, a las ametralladoras Thompson y a los mafiosos con sombrero y traje claro. Joe Coughlin como protagonista, es el hijo de un capitán de policía de Boston, que tenía un sentido muy particular de lo que la vida debía ofrecerle y en lugar de seguir por un rumbo normal se integra a “vivir de noche”, como él lo llama, es decir a moverse por otro tipo de reglas. El delito la primera de ellas y todo lo que lleva por detrás, que no es poco.

El lado oscuro de la vida que pasa por los negocios de la mafia, que no son otros que los de siempre, contrabando, juego, usura, prostitución, es decir el hueco que deja las prohibiciones de todo estado moderno que se precie. En este caso se incide mucho sobre el contrabando de alcohol, por motivos más que obvios, y en reflejar personajes muy del hampa y del submundo en el que viven. Lo cierto, y aunque pueda parecer repetitivo, es que los personajes reflejan el mundo que los rodea con una gran fidelidad y aunque pueden mostrar el prototipo de mafioso la prosa de Lehane consigue que despierten nuestro interés. Esa es una de las facultades de un buen escritor, que pese a mostrar algo ya muy manido consigue que despierte la atención del lector.

La receta del escritor es muy sencilla, ha tomado un personaje, en este caso el protagonista, Coughlin, y lo ha tratado como una persona normal, le ha dotado de una psicología atrayente, nada de psicopatías, y le ha dado su toque de carnalidad, algo que el personaje agradece. El resto de la obra es una ficción francamente bien desarrollada que coloca, sin cesar, al protagonista al borde del abismo, del que como las buenas obras, intenta subsistir.

La prosa de Lehane es convincente, efectiva, pulcra y sobre todo acompaña muy bien a toda la trama. No busca lucirse como escritor, sino que la somete al interés por la historia y del protagonista, en ese aspecto es de lo mejor de la novela policial actual y es una voz única. Leer a Dennis Lehane es muy reconocible, no hay otro que tenga ese estilo y esa manera de contar las cosas, con una calma y un saber hacer encomiable.

Leer al presente autor es una garantía para todo aquel amante de las buenas novelas policíacas, aunque en este caso sea más criminal, es un autor consolidado y que sabe de sobra en que consiste la forja de una buena historia. Puede que esta sea su novela más edulcorada pero lo cierto es que ofrece grandes dosis de diversión. Si no han leído nada del autor es el momento y la novela para empezar con él, si son ya veteranos en la trayectoria del bostoniano es un jalón más en la obra que ya lleva tiempo mostrándonos. De cualquier forma es una muy buena novela, que se lee con gusto y que deja un buen sabor en la boca. Una historia muy bien construida, muy bien estructurada y también bien resuelta, aunque para los amantes del autor nos faltaban unos cientos de páginas más, pero no todo va a ser perfecto. Les animo a leerla.

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