Mercedes Gigosos - la República Cultural.es
Sara Baras aterriza en Madrid con su espectáculo La Pepa del que lleva más de doscientas representaciones desde su estreno en 2012. Le acompaña José Serrano, pareja de baile y en la vida real desde hace años, y el cuerpo de baile formado por diez bailaores.
Este espectáculo, que supuso el regreso de la bailaora tras su maternidad, deja ver a una Sara llena de fuerza y energía, como es habitual en ella, pero con una presencia más madura sobre las tablas. Su taconeo llena, con un juego de presencia y ausencia, en el que mantiene al espectador pendiente del próximo golpe y de ese tacón que, en ocasiones, se queda como “contenido”, en una especie de anuncio de lo que está por llegar.
La Pepa homenajea la constitución de Cádiz, de la que se cumplieron doscientos años en 2012 y es también un homenaje a la ciudad y a su gente. Quién mejor que una gaditana para ponerle baile a todo esto. Así, el espectáculo recorre el horror de la guerra y la conquista de la libertad, las Cortes de Cádiz y la promulgación de la Constitución, el juramento de los diputados y el monumento de la Pepa.
“Dicen que nuestra pepa no nació el 19 de marzo de 1812 / nuestra pepa ya estaba / rezó por aquellos que sufrieron, por todos aquellos que murieron / y luchó por un mundo libre” (Sara Baras)
El martinete, la guajira, el fandango o la malagueña son algunos de los palos que nos acercan a esta Pepa, pero sin duda es la Soleá por bulería de la bailaora la que nos recuerda que no se llenan teatros así porque sí, que Sara Baras tiene magia, una magia muy especial, cargada de sensualidad y elegancia, y combinada con nervio y poderío. La soleá es uno de los palos fuertes de esta artista y en La Pepa lo confirma.
“Dicen que la Pepa no es solo un símbolo / dicen que la Pepa es un sentimiento, es una actitud, / una manera de sentir, una forma de ser, un carácter, una esperanza…..” (Sara Baras)
Esto es lo que transmite Sara Baras con su baile, una actitud, una forma de ser y un carácter.
A destacar, igualmente, sus alegrías y la farruca de José Serrano, quien entrara en el año 2000 como artista invitado en la compañía de Sara Baras, permaneciendo a su lado desde entonces en los distintos proyectos de la artista.
El espectáculo, con una puesta en escena ajustada respecto a vestuario y escenografía, sí muestra un buen trabajo de iluminación.
Y, por supuesto, no puedo cerrar sin resaltar a los músicos que acompañan a la bailaora con la guitarra (Keko Baldomero y Andrés Martínez) y la percusión (Antonio Suárez y Manuel Muñoz “Pájaro”), así como los cantaores, Rubio de Pruna, Miguel Rosendo y Joni Cortés. Es habitual que Sara Baras se rodee en sus espectáculos de buenos profesionales, y en este caso, no ha defraudado.