Ramami - La República Cultural
No vamos a hablar de unos advenedizos pues de nuevos no tienen más que su recién estrenado trabajo. Su historial viene avalado por cinco discos y dos epés. Ahí queda eso. Eso sí, como muchos otros grupos en este momento, pasan por sacar adelante la creatividad a través del crowdfunding, modelo que se ha implantado cómo casi única alternativa de poder financiar ciertos sueños. Bien es cierto, que es una excelente manera de prever de forma anticipada la futura aceptación y cabida que pueda tener tu producto en el mercado. Desde esta perspectiva el panorama se presenta bastante halagüeño pues superaron sobradamente el objetivo de su proyecto.
Con la satisfacción de los propósitos cumplidos bajo el brazo, llegaban a Madrid estos burgaleses desde Aranda de Duero para presentar Tú nunca te aburres ante una importante parte de sus mecenas. Y lo hacían dispuestos a disfrutar y a saborear el momento. Y aunque ciertamente se trataba de la puesta de largo del nuevo disco no venían dispuestos a limitarse únicamente a presentarnos las novedades sino a insertarlas con temas antiguos para que ellas mismas se sintieran acogidas, convertirlas en cómplices y hacerlas partícipe de los hábitos y costumbres de la familia. Estaban ante su público y como muy bien dijo Javier Ajenjo: “una de las ventajas que nos venía de serie es que nos da igual tocar para dos, para doscientos o para mil, pues nos lo pasamos exactamente igual de bien” y demostraron que tal afirmación era más que cierta. Se supieron sobreponer a unos problemillas de sonido que solo ellos percibieron, concretamente el monitor de Alberto, el batería, que tras la voz de Ismael, el bajo, pedía “¡más bajo y menos caja, más bajo y menos caja! ¡Ah! que no hay monitor de caja.” Pues entonces…
El hilo conductor de esta nueva aventura se sustenta en la idiosincrasia de ciertas películas que han influido en sus vidas de una u otra manera. Ocho canciones inspiradas en ocho películas que se nos antojan pocas para unos personajes como ellos, unos enamorados del cine y que seguro tienen bajo la almohada y a buen recaudo otro montón de futuras inspiraciones. No es de extrañar que Javier aventurase que ya tenían preparados otros dos discos más tras la misma temática y es que "Con ocho no basta".
Al igual que en las canciones no parece haber un punto en común entre las películas elegidas, ni por director, ni por actores, ni por época, ni por género pues las hay policíacas como Fargo, de ficción como Los inmortales, la temática bélica representada por Apocalipsis now, la acción por La huida, 2001, Odisea en el espacio se encarga de la ciencia ficción, para el drama tienen a Toro Salvaje, y en el ámbito de los chanchullos financieros, tan de moda actualmente, se agarran a Wall Street. Aunque pensándolo bien y estirando mucho ese pensamiento quizás sí tengan algo en común pues podríamos decir que todas ellas se enmarcan en films de culto, que sin ser un género en sí mismo, se han ganado ese rótulo porque han dejado una huella imborrable no solo en la memoria de los que han osado verlas, sino que han dejado una muesca en la misma historia del cine. Ahora, con Yani Como, esa hendidura traspasa el mundo del celuloide para alojarse definitivamente en los pentagramas de la música.