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Alberto García-Teresa – La República Cultural
Se trata de una antología de ensayos (y una serie de poemas) que reflexionan sobre la naturaleza política de la poesía, sobre su capacidad de transformar el entorno y sobre la construcción de una cultura antagonista.
La obra ya contó con una primera edición, compuesta por los artículos de Marc Delcan y Enrique Martín Corrales. Esta ampliación constituye, pues, la consolidación de la apuesta por el debate y el intercambio de ideas que postularan dichos autores en sus respectivos trabajos.
Lo primero que llama la atención del libro es el formato. Pensaré Cartoneras se trata de un proyecto que se suma a otras tantas iniciativas editoriales cartoneras, surgidas hace años en América Latina pero que prosiguen su extraordinaria extensión. La tapa de cada ejemplar de cada uno de los títulos está confeccionada de manera artesanal con materiales reutilizados (básicamente, cartón) y decorados de manera única. Pensaré, además, ofrece sus textos bajo licencia Creative Commons, que autoriza la reproducción no comercial del contenido. De hecho, las tripas de sus libros están disponibles para libre descarga en su propia web.
Un estimulante compendio de poemas de Julia Martín (València, 1936) abre el volumen. Las once piezas de #WagesforHouseWork muestran una práctica poética incómoda e inquieta, que explora la experimentación formal (en la construcción y en la composición del texto) como estrategia de desnormalización para mostrar contenidos disidentes, en abierta oposición al sistema, con una poderosa ironía.
Sayak Valencia (Tijuana, 1981), en Desobediencia, representación y riesgo político, señala “la instrumentalización de la paz al servicio de la inteligencia y de la hegemonía”. Frente a ese uso, plantea la paz como una herramienta para conseguir la equidad social, que se liga irremediablemente a una práctica política de desobediencia no violenta.
Por su parte, María Salgado (Madrid, 1984) pone en cuestión la identidad y la composición unitaria del idioma en Notas para un libro refeito, que constituye en sí mismo una puesta en práctica de esa concepción mestiza y heterodoxa de la lengua.
Poesía y revolución es el título de la sugestiva aportación de John Holloway (Dublín, 1947). Holloway apela a una vivencia política y poética de la resistencia anticapitalista, vinculando la poesía a la creatividad. Siguiendo las tesis expuestas, especialmente, en su Agrietar el capitalismo, une la consolidación de espacios que hacen presente un mundo distinto con la motivación poética
A su vez, Antonio Méndez Rubio (Fuente del Arco, 1967), quien ha trabajado de manera lúcida y abundante con anterioridad sobre estas cuestiones, realiza en su interesantísimo La voz sin interior una concisa crítica cultural. Denuncia la “pantallización” de la sociedad, la reproducción inconsciente y la asimilación acrítica de contenidos y discursos. A partir de un análisis de la función ideológica de las redes sociales y del contexto cultural vigente, plantea las posibilidades de la poesía para subvertirlo y para no ser recuperada ni útil para el sistema.
Seguidamente, Enrique Martín Corrales (Villajoiosa, 1992), con Desde la derrota, la esperanza, reclama la conciencia del compromiso del poeta y exhorta a la crítica de los espacios de comunicación. Incide en la importancia de la inclusión del sufrimiento como elemento fundamental de la composición poética, entroncándolo con el dolor causado por la injusticia.
Para finalizar, Marc Delcan Albors (Catarroja, 1986), a partir de un agudo análisis de La marcha de 150.000.000, de Enrique Falcón, explora el concepto de límite y de desbordamiento en La apertura radical al margen entre Nota /Poema. Lo construye con la metáfora del funambulista como estrategia cognitiva, como posición vital, y extrae una lectura política y filosófica de la marca textual, llevando a la práctica su propia propuesta de superación de límites.
Se trata, en conjunto, de un libro estimulante y necesario para permitirnos cuestionar nuestra cultura, nuestra sociedad y la propia creación artística.
