Carlos Fortea – laRepúblicaCultural.es
Toda buena novela esconde muchas finalidades. En primer lugar, por supuesto, una historia: una casa en la sierra de Madrid, una anciana a punto de morir que contrata a una joven para que escriba por ella sus recuerdos. Eva Losada escribe de mujeres y casas, y piensa que en las casas se esconde la memoria secreta de todo cuanto ha sucedido en el mundo, y que una de esas casas es la memoria de las mujeres.
En segundo lugar, una novela esconde, o una visión del mundo, o su indagación. Moriré antes que las flores es más bien lo segundo. Ada, la anciana, es el pasado que no entendemos, y (...)
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