Humor y publicaciones gráficas
Editoriales y colaboraciones propias
Nos propone Sara Calero la necesidad de plantearse un comienzo cada vez, una vuelta al principio para reconstruir todo y, por eso, a su nuevo desarrollo flamenco lo ha titulado Zona Cero, como si de una catástrofe devastadora se tratase.
Se trata en realidad de comenzar a rehacer, reinventar sin dejar de respetar y pertenecer al género, y sin abandonar todo lo aprendido. Por eso, la sensación de novedad y fusión, conviven estrechamente con la de clasicismo y continuidad.
Dicen que cuando Lorca y otros jóvenes y no tan jóvenes, notables de la cultura, quisieron poner el empeño en recuperar lo que se estaba perdiendo del flamenco allá por 1922, instauraron un evento en el que se premiaban a los talentos que mantenían y ensalzaban el género, y cuentan que el joven de Mairena quiso presentarse, pero no pudo ser, por edad y por falta de medios para costearse el viaje, así que hasta que tuvo 1924 años no consiguió asistir: pero triunfó.
Igual que el empeño de los mentores del evento en el que debutó, Antonio de Mairena se empeñó en recuperar todo lo que oía, veía, estudiaba, de manera que buena parte de sus trabajos consistieron en poner las voces y sonidos originales de cosas ajenas y aprendidas, enorme trabajo que conviviría con el suyo propio, docente y desarrollador del arte.
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